domingo, 8 de diciembre de 2019


                                                         HOGUERA Y FOLIO

Al calor de una hoguera, en un renglón de la tarde, me  he dormido, una vivencia más con tu nombre escrito en mi almohada. En el fuego de mis pensamientos he puesto la madera de mis sueños por soñar,  y las llamas de los anhelos han  crecido  en su danza de oro con pasos de esperanza en la pista transparente del aire.
Las chispas de la ilusión, vestidas de oro y fuego danzan sobre un cielo encendido que se hace folio, para ser luego letras en el aire y escribir poemas que suben  por la chimenea de los sentidos y hacerse rimas en una página que se viste de anhelo ausente.
Tras los cristales de la ventana el aire juega al escondite con los sueños, ya caducos de los árboles, que bailan su última danza antes de llegar al suelo y ser alfombra de lo que ayer fué esperanza y hoy es tierra y semilla para el mañana que duerme entre sueños a la espera.
Envolviendo mis anhelos con una cortina de tonos en arcoíris una música pone paisaje sonoro a unos latidos que acompañan sus pasos con las notas de mil sensaciones que  nacen tras cada pincelada en el piano de las emociones, en el sentimiento que aflora entre el fuego y la música, los sueños y la tarde.
En cada chispa dibujo un sueño, en cada sueño te invento un nombre, en cada nombre invento letras, en cada letra dibujo anhelos para ver si a fuerza de soñarte, de inventarte, de nombrarte, te haces realidad en algún sueño.
Cierro los ojos y de la mano de la música camino paisajes donde intuyo tu presencia entre los mil colores que brillan en el aire. Te presiento entre mil notas de arcoíris que dibujan aromas de flores nuevas y resuenan a colores nuevos con olores a poemas entre los dedos,  besos entre notas musicales que cantan en mis labios que suspiran por ese beso que solo vive en las orillas de tu beso.
Dibujo tu mirada con mil tonos en las pupilas para reconocerte si alguna vez te escribes en los renglones de mi folio en espera. Y guardo el reflejo del atardecer en los espejos azules de mis letras para hacerle un poema a tu mirada con olas de oro y rosa en la playa de mi sueño al calor de una hoguera.
Arden mis pensamientos en el folio de la tarde, mis deseos danzan al compás del fuego, y las chispas vuelan entre las volutas de humo de la realidad camino de ese lugar donde nacen todos los sueños.
En un renglón de la tarde, en un folio hecho hoguera mis letras duermen, mis sueños sueñan. 
 
 
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                                     https://youtu.be/L5zYMr3Gtbc
 

domingo, 24 de noviembre de 2019


                                                          TANGO

Una música alegre y multicolor escribe en el aire sus primeros compases. La pista de baile se ha llenado de parejas que al son de aquellas notas escriben fantasías sobre un salón de baile hecho folio  y lienzo, donde los pies son letras y los cuerpos son lienzos para dibujar en el aire las fantasías emocionales que nacen al calor de la música.
 Giros y vueltas, requiebros y pasos acompasados escriben rimas con letras irisadas, dibujan paisajes entre los lienzos con fronteras de carne y beso de cuerpos entrelazados, cinturas que se hacen playa donde, inquietas, llegan las olas de unas manos para dibujar sensaciones con espuma de deseo.
 Las miradas, que antes volaban por el espacio infinito de un silencio en espera, se tornan estrellas fugaces y se funden con la luna llena de una sonrisa cómplice con fases de ilusión creciente. Los pies relatan letras transparentes sobre el folio del suelo, y las manos dibujan un mapa de sentimientos sobre la arena de una cintura que se hace flor y ventana de un edén al otro lado de un abrazo.
Suena ahora la música entre sombras y susurros. La cadencia suena a tic tac, y son los latidos de los corazones los que marcan el compás, y los sueños se funden en un mismo cielo cuando los labios se acercan y se quedan en las fronteras de un beso.
 Las cinturas se hacen un mismo paisaje y son el alfa y omega de un nuevo diccionario de emociones. Una mirada inquieta se pierde entre las letras de aquella poesía entrelazada. Nunca supo bailar. Conocía su torpeza a la hora de moverse y, escondido tras su vergüenza  y cortedad, no aprendió a bailar.
Desde su frontera al borde la pista miraba las distintas parejas dibujar sensaciones en el aire, escribir sentimientos con letras azules de miradas infinitas. Le hubiera gustado saber bailar, escribir con los pies y con el cuerpo poemas a la luz de una esperanza, y sentir una mirada traspasar su horizonte y llenar su cielo con estrellas de ilusión.
 Le hubiera gustado respirar un mismo aliento al otro lado de una música, mientras buscas unas palabras desesperadas, vibrar con la calidez de aquellos pasos que soñaba entre sus letras, temblar de emoción al unísono  cuando aquellas manos reclamaban el calor de una mirada al otro lado de un abrazo.
 Pero…no sabía bailar. Y la música seguía sonando con tonos de terciopelo y luna nueva, con olor a rosas y jazmines, con luces entreveladas y  corazones fundidos. Se dispuso a volver a su mundo en blanco y negro, cuando una voz de miel y traje de azul cobalto, con alas azules en los pies rompió su silencio. Una mirada de ocaso encendido lo traspasó al momento, y la voz susurró como una caricia…
¿Bailamos un tango?
No sé bailar, dijo él.
 Déjate llevar, yo te llevo, dijo ella con tono azul de miel y seda.
 ¿Dónde?  Dijo él, perdido en aquella mirada.
Donde la música nos lleve,  le susurró ella al oído acercando su rostro a él.
Y la música se encendió en colores en un folio en blanco y negro.
 
                                            
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                                              https://youtu.be/I5JQ1m3mxKw
 

sábado, 9 de noviembre de 2019


                                                ME DICES     

Con un suave aleteo de tus alas transparentes has llegado hasta mí, mientras contemplo el otoño sentado en un banco, a orillas de la tarde. Ha pasado mucho tiempo desde aquella última vez que compartimos ese espacio irreal que llaman sueño.
 Te sientas a mi lado y me cuentas que ya no puedes leer mis letras en las paredes transparentes de tus noches, que ya no escuchas el tapiz musical de mi horizonte en el pentagrama ahora a oscuras de tu paisaje imaginario.
 Me cuentas que no percibes el perfume azul de unas caricias al otro lado de un folio, que sientes el vacío infinito de aquel abrazo en sequía que abría las puertas de la mañana al calor de un beso en duermevela. Me dices que tus manos han dejado de ser olas que escribían caricias de tinta y sal, y ahora yacen, como dormidas, en una playa sin mar ni arena.
 Me cuentas que la luz de tu ocaso camina en su dorada soledad por un horizonte que dejó de ser de oro y rosa, que tus pasos, ayer paralelos y cómplices, hoy caminan en divergente silencio por folios de distinta realidad. Me dices que la Luna ha olvidado, y no recuerda, aquel poema escrito a contraluz con letras de plata que nuestras miradas grabaron en un folio hecho de otoño y deseo.
 Me cuentas que tu voz no encuentra aquellas palabras que grabaste un día en una pared transparente, que tu mirada se pierde cada vez que te asomas a la venta del día, como temiendo ver pasar la realidad. Me dices que tu ahora es una sonrisa ausente y helada, que tu madrugada es un tren sin destino  ni pasajeros, que no encuentras mi mirada ni mis letras. Me dices, y te creo, que no me encuentras.
 Todo lo que viví y deseé, lo que sentí y dibujé, lo que pinté y lo que escribí, lo que fuí y lo que soñé,  todo se quedó dormido en las fronteras de lo imposible. Y  te inventé, y te hice sueño para vivir y desear, para sentir y dibujar, para pintar y escribir, para cantar y soñar,  para ser letra y ola, folio y playa, latido y deseo. Hubo una vez que inventé un sueño y lo viví a flor de piel. Y hoy tú, sueño, te vas alejando, fundiéndote con las sombras, camino del ocaso, porque pasada la noche los sueños mueren al amanecer.
Quizás los sueños solo sean un corazón entre las manos.
 Juan José Benítez.  Del libro “SUEÑOS “.
 
 
                                               Imagen bajada de la red.
                                               https://youtu.be/ipPHCTK3Fz8
 
 

sábado, 12 de octubre de 2019


                                   MOMENTO         

Un renglón azul dibuja el horizonte por donde asoma un sueño blanco hecho folio. El suave aleteo de unas letras sobrevuela el marco sin riberas de un mar que se hace sentimiento, y se funde en los latidos de un corazón que busca.
Sobre la arena blanca de una mesa he  extendido los recuerdos que invento cada día, cada instante, buscando ser realidad cuando el siguiente tic tac sea la ventana por donde entre lo que el anhelo sueña y lo que el sueño desea.
La mirada busca entre paisajes inventados aquel momento efímero y fugaz, y  que el corazón  hizo eterno e infinito. Busca también las palabras que se quedaron en las fronteras de la realidad, desnudas de voz y vestidas de deseo.
El corazón busca en su cajón de sentimientos el rastro emocional de aquellos latidos que removieron los cimientos de la realidad, y que dejaron huellas de emociones en una piel que se abría de par en par con solo presentir.
Las pautas en blanco y negro de un pentagrama hecho paisaje miran afanosas entre sus notas los compases que nacían en arco iris, cuando dos miradas se hacían un horizonte, y sonaban acordes dorados al calor de un beso a flor de piel.
Las manos invocan inquietas aquel vuelo que nunca nació entre dos ilusiones en las fronteras de una mirada. Dos cielos cruzaron el espacio transparente de un sueño, y en sus formas sin límites se hicieron golondrinas azules, y escribieron rimas de carne y beso.
Y aquel espacio se llenó de emociones de cristal que brillaban al alba con luz de amanecer, y jugaban con la cal y las sombras al calor del mediodía, y se hacían de oro y carmesí con tonos de ocaso en la mirada. Y al llegar la noche se hicieron estrellas para hacerle un vestido de gala a la luna. Y en sus fiestas con traje de fases ser sus compañeras y cómplices.
El silencio evocó el momento infinito de callar la realidad y que hablaran las emociones, en un lenguaje sin letras ni palabras, hecho tan solo de latidos y miradas. Y allí se quedaron grabados para siempre.
Hoy, al comienzo de un folio en blanco, al principio de un renglón azul mis letras encienden tu nombre, aún sabiendo que no existes.
 
  
                                     Imagen bajada de la red.
                                     https://youtu.be/pqPIJBhDmAs?list=RDpqPIJBhDmAs

sábado, 14 de septiembre de 2019


                                                    EN LA VENTANA  

La cabeza le decía a gritos que no lo hiciera, pero el corazón latía insistentes deseos en hacerlo. La ventana, de cara a la realidad, se fue abriendo poco a poco, como con miedo, luego con un deseo incontenible. Las manos temblorosas y  la mirada perdida buscaban por detener aquel momento inevitable.

Desde el instante mismo de saberlo los días se hicieron eternos y las noches infinitas, plenas de desasosiego e inquietud. Podía suceder en cualquier momento, ambos lo sabían, y conscientes de ello apuraron el vaso de los sentidos hasta la última gota.

Llenaron cada hora juntos de sesenta minutos de sentimiento, cada minuto de sesenta segundos de amor infinito. Hicieron de cada encuentro un himno con letras rojas de pasión  con notas azules en el piano de los sueños.

Cada mirada era una invitación a traspasar el horizonte de los deseos, era componer una canción con dos notas que se prolongaban más allá de un pentagrama hecho de besos y caricias.

Y así hicieron de cada amanecer una sinfonía de sentimientos a la luz del nuevo día,  y  del  mediodía hicieron el tablero multicolor donde jugaron a ser realidad unas manos en arco iris, que escribían sentimientos sobre el folio de un mapa hecho de besos.
En el ocaso escribieron sensaciones nuevas con la luz dorada de unas miradas que se hacían espejo de la tarde, y guardaban entre nubes de algodón dorado la esencia dorada de un beso.

Al llegar la noche, al abrigo de las estrellas, entre sábanas de luna llena y madrugada escribieron los más bellos poemas de amor con letras de plata y luna nueva. En una pared transparente una esfera hecha de nubes guarda las sensaciones vividas en un reloj, en la rueda infinita de unos números que ahora son ecos oscuros, en un tic - tac hecho pasado.

Y mientras sus manos recorren sus brazos recordando caricias, mientras sus labios buscan el sabor de aquellos besos, mientras sus ojos se pierden una vez más en aquella mirada hecha de sueños, mientras lucha por revivir cada instante …

Al  otro lado del día la realidad escribe un nuevo amanecer en  un horizonte diferente.





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                                  https://youtu.be/uHRO0FbsP9w


lunes, 26 de agosto de 2019


                                               ENTRE TU Y YO

Hay un horizonte de distancia entre tu amanecer y mi ocaso, entre tu mediodía y mi atardecer, entre tu noche y mi madrugada. Entre tu agua y mi arroyo hay dos orillas al otro lado de la esperanza, entre tu aroma y mis flores hay mil matices de primavera, hay mil perfumes que escriben la ilusión con los colores de los sueños.
Entre tu piel y mis manos hay mil caminos de caricias, mil senderos por descubrir, mil pasos por recorrer, mil sensaciones por vivir en el mapa de nosotros mismos.
Entre tu música y mi pentagrama, entre tus notas y mis acordes, hay mil paisajes por dibujar, mil colores para irisar  el blanco  y negro de una música que suena a espera.
Entre tu tiempo y mi tic tac, entre tu espera y mi anhelo hay un vacío con números que caen de una esfera, hay un mundo que aguarda, hay dos miradas que anhelan el momento mágico del encuentro al acabar las letras su camino de renglón azul.
Entre tu lluvia y mis nubes, entre tus gotas y mi suelo hay un cielo infinito, un espacio transparente que a veces se llena con el sol de tu sonrisa o la luna llena de mi amanecer en tu mirada.
Entre tu ocaso y mi mediodía, entre tu color de atardecer y mi luz en blanco y negro  hay mil matices de tiempo que pasean entre letras sin folio ni forma, hay mil sombras de luz azul cuando el sol se pone tras el horizonte irisado de mil músicas en el blanco de una almohada al borde de los sueños.
Entre tu sueño y mi esperanza, entre tus manos y mi abrazo se quedaron dormidas mil sensaciones en carne viva, mil deseos que ahora renacen a la luz y al calor de tus labios a punto de beso.  


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domingo, 7 de julio de 2019


                                                                 DOS
Dos…
Dos miradas en un mismo horizonte, dos pasos en un mismo sendero, dos corazones y un latido, dos esferas para un mismo tiempo. Dos olas en un mar, dos nubes en un cielo, una caricia entre dos manos, dos almohadas para un sueño.
Dos playas con letras de arena, dos delfines y un océano, dos soledades se sueñan, dos anhelos se hacen sueños. Cuatro aspas de un molino al azar de un mismo viento, cuatro puntos cardinales en un mapa de sentimientos.
Dos ilusiones unidas por cuatro rimas y un verso, por un folio y unas letras, y un libro de poemas hecho, y cien folios huelen a rosa y cien letras huelen a besos. Una distancia se acorta entre dos letras y un sueño, y una ausencia se hace gozo en las orillas de un beso.
Dos caminos se han cruzado en una esquina del tiempo, dos pasos recorren un folio, en blanco, con renglones nuevos, dos corazones de tinta, azul, dibujan con trazos nuevos paisajes de amor y de luz, de colores y silencio, entre notas de esperanza en el pentagrama de un sueño.
Y caminando esperanzas e iluminando silencios se han hecho nana de letras para dormir a los sueños, y que caminen   palabras y pongan voz al deseo.
Dos rosas han florecido en un rosal hecho verso, dos tonos para una nota, dos voces para un silencio, y un deseo que se duerme entrelazado entre dos dedos.
Dos manos se hacen palabras y escriben caricias de besos, mientras se abrazan las palmas en los renglones de los dedos y se dibuja entre esperanzas un mapa de sentimientos.
Dos letras buscan palabras para reflejar un deseo, dos palabras buscan formas para dibujar un anhelo, y dos corazones se buscan entre ausencias y silencios.
Dos corazones se miran con sonrisa de terciopelo, y acompasan sus latidos al dulce cantar  de un sueño. Dos miradas que se escriben con letras de tinta y beso, un poema entre las manos, y una ilusión en el pecho.  
 
 
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                                        https://youtu.be/9WECMgGG8dg

sábado, 8 de junio de 2019


                                         ERAN

Eran dos sueños en blanco que se encontraron en las paredes a oscuras de la madrugada a solas. Y decidieron escribir sus anhelos sobre la blanca cal de aquellas madrugadas. Y las llenaron de deseos en carne viva vestidos de letras.
Eran dos almohadas en la sala de espera de los sueños. Entre sus fronteras blancas guardaban la esencia etérea de un anhelo entre sus manos, de un beso en labios ausentes, de una mirada al borde de un deseo.
Acariciaron un sueño entre senderos azules, un anhelo entre arenas de letras, una ilusión entre nubes al atardecer. Eran dos pasos por los arcenes del día, en las aceras de la noche, por las calles de la soledad.
En un parque a la luz de un sueño decidieron soñar caminos paralelos con destino al infinito, y sus pasos se hicieron letras, y sus letras se hicieron senderos con versos de anhelos en  flor y rimas de carne y beso.
Eran dos notas a solas en el pentagrama de una canción en blanco y negro, mientras cantaban poemas de luz y canciones de colores  llenaron el pentagrama de un arco iris infinito, y las notas se hicieron espejo de dos sueños que latían en un piano hecho de primavera.
Eran dos golondrinas volando en el aire de un poema sin letra. En un renglón en blanco, en una esquina por soñar rimaron un poema de versos florecidos. Sobrevolaron mil sueños para guardarlos entre azules, y en sus alas de cristal y tinta, en sus cabriolas de papel, hicieron sonar los trinos dorados  de un corazón entre las manos.
Eran dos esferas que marcaban un mismo tiempo latiendo  en diferente realidad. Después de coincidir en un instante llamado deseo decidieron curvar el tiempo para llenar de sueños el espacio que dibuja una mirada, para pintar de colores la línea transparente de un sueño en dos almohadas.
Eran dos distancias sin medida en las cuatro esquinas de un folio. Y se encontraron sobre el horizonte de una mirada al borde de una sonrisa. A la luz de la luna llena navegaron deseos por un océano de madrugada a solas y playas doradas de encuentros al amanecer, eran dos caricias de olas azules en la playa de un mar con dos riberas.
 El sol de la noche escuchó sus sueños y los condujo entre reflejos de azul y plata por un océano sin puntos cardinales, hasta una playa de folio en blanco, donde escribir poemas de arena, espuma y sal.
Eran dos miradas con un mismo horizonte de gris  ausencia. Tras mirarse un día más en el espejo de la tarde hicieron del amanecer un espejo donde dibujar anhelos. Y sus ojos se llenaron de canciones de colores, y sus manos de caricias con aromas de primavera.
Y acariciaron un sueño entre senderos azules, un deseo entre arena de letras, una ilusión entre nubes al atardecer.   
 
 
 
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                                     https://youtu.be/Lxrubjq_HxU

sábado, 25 de mayo de 2019


                                                               DOS LETRAS

Recién nacidas desde el corazón azul de un bolígrafo con alma transparente, dos letras se encontraron en las fronteras invisibles de una nube hecha folio. Vestían traje de oro y atardecer una, y la otra vestido de luna llena. Sentadas al borde de una playa en el aire, con las olas de la ilusión bañando sus formas, hicieron de sus anhelos la espuma que llegaba hasta la orilla de la realidad, para volver a ser sueño y deseo en el mar infinito.
La luz del atardecer contaba sueños con letras de púrpura y oro, rosa y fuego, y soñaba juegos con las nubes donde escribía con letras de ensueño y poemas con rimas de versos encarnados. Vestida de luna llena contaba sus sueños a la luz de sus letras de plata. Soñaba paisajes de luz transparente, soñaba con ser sueño en una almohada blanca de poesía, ser folio para unos caminos que se iluminaban con la luz de sus pasos, y encender los paisajes que nacen en ese espacio difuso que vive entre el ocaso y el alba.
También deseaba ser la mano que encendía la luz en la mente de los poetas que viven sus sueños con la luz de la luna llena.
Luz del atardecer soñaba ser música en la ventana del amanecer, en el balcón del mediodía, en el espejo de una mirada al ocaso; quería ser notas de oro y pinceladas en blanco y negro en un pentagrama que nacía al salir el sol y se dormía en la almohada de la tarde.
Vestida de luna llena deseaba ser canción de arrullo en una tonada a la luz de un sueño para dos, y caricia de imposibles en el folio irisado de un techo de estrellas.
Luz del atardecer deseó ser aroma en flores nuevas,  y paisaje verde en primavera,  y horizonte de luz en el  verano, y caricia cálida en otoño, y abrazo de hoguera en el invierno.
Y prometieron encontrarse por las calles del día, cuando el sol juega con las sombras y la luna con las estrellas, con un dado de tres caras. Suenan pasos de tic tac en un deseo hecho folio. Un bolígrafo duerme bajo su capuchón azul. Un blog de tapas azules se ha cerrado con la última de sus hojas en blanco de nieve. Se ha apagado la noche en una habitación hecha almohada, mientras unos pasos descubren el día por las aceras de la realidad.
Sobre una playa hecha folio una ola de silencio con espuma de olvido ha borrado unos renglones transparentes. Un sueño entre dos almohadas ha estado a dos letras de ser realidad en un mar de letras azules.  
 
                                   
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                                        https://youtu.be/fq-Ht00wsm0
 

sábado, 27 de abril de 2019


HUBO UNA VEZ

Hubo una vez un tiempo en el que recorrimos el país de los sueños con pasos de fantasía. Por caminos transparentes transitamos emociones y dibujamos palabras en las almohadas blancas de unos folios en flor. Y descubrimos paisajes de deseo, de anhelos al otro lado de las letras.
 Hubo una vez un tiempo en el que soñar era escribir tu nombre en un beso en el aire, y contemplar como sobrevolando una oscura distancia llegaba latente y ansioso hasta tus labios a punto de beso. Era ver como una caricia en sequía se hacía una ola cálida que surcaba un mar hecho ausencia, y llegaba hasta la playa de tu mejilla encendida.
Hubo una vez un tiempo en el que jugábamos a contar estrellas en el cielo enamorado de nuestras miradas, y  mientras soñábamos deseos las estrellas fugaces llevaban nuestros anhelos al lugar donde nacen todos los sueños. Aprendimos a caminar ilusiones a la luz de la luna llena, a escribir esperanzas en el horizonte difuso de un sueño entre dos almohadas.
Hubo una vez un tiempo en el que la música era un mismo paisaje en  dos miradas con distinto horizonte, y las notas irisadas encendían las orillas de un océano oscuro de ausencias. Las paredes de nuestros sueños se llenaron de emociones con notas de colores, de paisajes con olor a esperanza, de emociones guardadas entre abrazos de letras.
Hubo una vez un tiempo en el que jugamos a vivir, y paramos el tiempo en una esfera sin fronteras ni números. El sol nos prestó el día y la luna su blanca almohada. Y soñamos, y le pusimos aromas a los sueños, olores de flores nuevas que nacían en dos miradas y se llenaban de primavera cada vez que se fundían en un mismo horizonte.
Y le pusimos colores a los sueños. El arco iris nos prestó su paleta redonda y aquellos mundos transparentes se llenaron de vida y de luz. Vino luego la música. Los aromas y los colores se fueron fundiendo en notas en un pentagrama infinito. El cielo se cubrió con una sonrisa multicolor y en el aire sonaba una sinfonía plena de vida. Hubo una vez un tiempo en el que escribimos poemas de olas y espuma, con letras de besos encarnados en la playa de tus mejillas. Nuestras manos unidas se alzaban contando estrellas y nuestras miradas se hacían espejos de plata mirando a la luna llena.
Hubo una vez un tiempo en el que al abrir una ventana había una sonrisa al otro lado del folio, y al mediodía jugábamos con las sombras del sol sobre nuestros besos. Y al llegar el ocaso nos hicimos horizonte sobre una mirada hecha de atardecer. Y luego llegó la noche.
Hubo una vez un tiempo en el que en las fronteras de un sueño jamás se ponía el sol.
 
                            
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                                  https://youtu.be/_KDAihXD7b4

sábado, 30 de marzo de 2019


                                       A SOLAS

Se encienden mis letras esta noche al cobijo de tu imagen que ilumina, un folio más, los renglones oscuros de mi madrugada a solas. Se extienden mis sueños, un deseo más allá, por la almohada blanca de mi caminar a oscuras, de mis pasos en sequía tras la estela que tu ausencia dibuja por las aceras grises de mi noche sin ti.
Busco a tientas los colores sonoros de tu sonrisa al amanecer cuando el día abre las ventanas de tus ojos, y tu mirada escribe esperanzas en la pizarra azul de la mía. Inquieto, busco, un folio más allá los pasos irisados de tus manos al unirse con las mías, cuando entre las luces del amanecer se unen y escriben caminos de alba y rosa, con aromas de caricias recién nacidas.
Extraño el arco iris de tu aroma de primavera y jazmín que une, en su infinito, las orillas de dos labios separados por besos a contravía, por las orillas  sin ángulos de dos mundos  unidos en las aceras de un día que  muere y otro que nace.
Resuena sonoro el vacío de tu nombre junto al mío, cuando la luna escribe poemas con luz de plata en el folio infinito del universo a oscuras. Mis pasos se pierden por un laberinto  a solas sin el hilo conductor de tu mano por las calles del día. Dibujo, una noche más mi madrugada con los pinceles sonoros de una música  que, a fuerza de echarte de menos, escribe en el pentagrama notas irisadas con las letras de tu nombre.
Ansío caminar, un segundo después, por la playa blanca del nuevo día, cuando el sol de tu beso amanezca, un día más, en el mundo ahora a oscuras de mis labios.
Y cuando la brisa miel de tu mirada encienda las calles de mi amanecer, cuando pueda al fin estar contigo, dejarán mis sueños de soñar a solas, y mientras me lleno de ti,  mis letras te escribirán mis sueños al otro lado del corazón. 
 
 
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                                    https://youtu.be/NEUZgn6WOFE

sábado, 16 de marzo de 2019


                                                     LLUVIA

La música gris de mil gotas de lluvia, cual notas ausentes, escriben en blanco y negro sobre un folio hecho de agua. Sinfonía de nubes llorosas que buscan consuelo llorando letras de silencio negro, que cantan con voz muda el aria infinita de su infinita soledad.
Lluvia. Palabras vacías que resuenan en el silencio insondable del silencio a solas. El vacío sonoro cruza el silencio con relámpagos negros, y se pierde formando horizonte con las difusas nubes.
Lluvia. Ojos de agua de mirada incierta, palabras sin letras sobre folios sin forma, letras sin alma sobre nubes de olvido, palabras sin vida que caen fundidas en el vacío del aire hasta llegar a evaporarse y volverse a la nada.
Lluvia. Abrazo entre nubes que imploran el beso cálido de un rayo de sol para volver a ser sueño, y ser a un tiempo olas en el desierto y dunas en el mar. Olas de arena en el océano del cielo que escriben con agua poemas hechos de viento, dunas de aire que el viento mueve dibujando oasis de arco iris sobre horizontes difusos.
Lluvia. Soledades líquidas entre mil gotas hechas gentes, llanto a solas entre mil ojos extraños,  caminos solitarios entre lluvias paralelas que lloran soledades al cobijo de techos hechos de silencios.
Lluvia. Poemas de silencios líquidos con letras de agua sobre renglones grises y folios de hojas amarillas. Canciones en difusa nostalgia que añoran letras de ocaso y candela en la fogata de la tarde de un poema.
Lluvia. Versos a solas con letra de agua que riman versos  en cortina para hacerse paisaje hecho lluvia en la tormenta de una espera a solas. Besos en la nada con los labios del deseo, caricias en vacío con los brazos de los sueños, abrazos en sequía a la espera del amanecer, baile a solas sin música ni letra, paisaje sin horizonte a la luz del olvido.
Lluvia. Música de notas grises en un pentagrama de oscuro transparente, sonidos monocordes para una danza que llora sus pasos en el escenario del suelo. Tras el cristal de la tarde, al otro lado de la lluvia un rosal sonríe con sonrisa de rosa roja.  El aire canta canciones de letra mojada y el horizonte se llena de esperanzas.
Tras la línea del horizonte un dedo de sol pinta de oro las faldas de las nubes. La línea negra de la tormenta enmudece y se aleja. Y una inmensa sonrisa de rosa y oro cubre el cielo de la tarde. 
 
  
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                                     https://youtu.be/so6ExplQlaY
 

sábado, 16 de febrero de 2019


                                        HACE MUCHO TIEMPO

Hace mucho tiempo a la luz de una ausencia dolorida un deseo escribió sus sueños en lienzos blancos hechos folios. Con pinceladas azules de letras sin forma fue recorriendo las cuatro esquinas de un océano llamado soledad.
 Sobre las paredes transparentes de sus deseos fue pintando los anhelos que nacían en carne viva cuando el silencio paseaba por entre sus manos dolientes, cuando el vacío llenaba la habitación a oscuras de un corazón a solas. Puso cortinas de músicas irisadas en el aire de su alma para soñar primaveras en un salón con paredes de invierno, y en su ventana dibujó amaneceres tras los cristales opacos de la madrugada.
Hizo de sus pasos un mapa de sentimientos para recorrer entre sueños los deseos que nacen al calor de los recuerdo. Guardó el tic tac de aquel tiempo en un libro hecho esfera,  sin  números ni agujas, y lo cerró bajo la llave azul de una mirada.
El cielo de su corazón lo llenó de sueños transparentes que esparcían un aroma de besos cada vez que soñaba, y de sus anhelos hizo letras azules que guardó entre sábanas blancas de folios en flor.
 Con sus pasos hizo un camino entre renglones, y lo llenó de emociones que nacen al borde de la espera, en ese espacio donde el tiempo parece no pasar, donde la madrugada es amiga y cómplice, donde se difuminan las fronteras de la realidad, donde los sueños cobran vida a la espera del nuevo día.
Hace mucho tiempo miraba la luna llena y buscaba entre sus sombras blancas las caricias que se quedaron dormidas en la cuna de su cuarto creciente, y buscaba  también las sensaciones que escribió sin letras una mirada a contravía a la luz de un deseo entre dos estrellas de luz ambarina.
 A la luz dorada del ocaso entre amaneceres mira más allá del horizonte tratando de encontrar las caricias de un poema hecho deseo, de una sonrisa bordada en unos labios a punto de beso, de un abrazo que ilumina el corazón y acaricia el alma.
Hace mucho tiempo hasta la ventana azul de los sueños llegaban alegres y cantarinas las luces irisadas de unas luciérnagas en el espejo de una mirada. En sus danzas de luz escribían sensaciones sobre un folio que se llenaba de colores.
Sobre una nube de madera hecha mesa,  un sueño hecho folio y  un rayo de luz hecho bolígrafo duerme en silencio a la espera de un nuevo día, duermen esperanzas al calor de una hoguera donde danzan los deseos.
La noche pasa, el tiempo se ha acurrucado entre las letras por nacer. En un ático en la madrugada mis sueños duermen, mis letras sueñan…a la espera.

Hace mucho tiempo.
 
 
                                      Imagen bajada de la red
                                      https://youtu.be/izA34z1cFIo
 

sábado, 2 de febrero de 2019


                                                             VIEJA PARED
La lluvia y el frío, el calor y el viento habían ido dejando su huella sobre aquella pared de cal y tierra. Hacía años su vestido que ayer era de blanca cal ahora tenía el pálido amarillento de una enfermedad llamada olvido. Su piel de nieve, cual  folio ilusionado, fue testigo, papel  y sobre para unas letras entrelazadas, para un corazón enamorado, para unos sueños que despertaban a la vida, para unas ilusiones, que como palomas mensajeras, se quedaron  sobrevolando las cuatro esquinas de aquel universo blanco.
Aquel pentagrama sin notas ni renglones se fue llenando de un arco iris de letras, de una sinfonía infinita de nombres enamorados, de flechas que unían deseos y que ataban ilusiones con los lazos invisibles de mil esperanzas con forma de corazón.
Las notas de mil letras fueron llenando aquel pentagrama de mil anhelos que cantaban canciones con aromas de emociones nuevas. Y aquel folio de cal y tierra se fue cubriendo de esperanzas  vestidas de nombres… quiere a …, ..te quiero…, tu y yo para siempre.
Y llegaron también los besos dados al amparo de la solitud, cuando se llevan puestas las primeras huellas de carmín, ilusiones en rojo del lápiz de labios. Y también llegaron los afanes frenéticos por borrar lo que no se quería, aunque al día siguiente o al otro volviese a lucir el mensaje cual ave fénix enamorado.
Aquella pared era un espejo blanco donde reflejar emociones, unas veces compartidas otras encontradas, Allí se quedó dibujada la ilusión de ver nuestro nombre enlazado, unido a unas letras que envolvían una mirada de universo. Y también la desazón de verlo borrado, o no verlo tan siquiera entre aquel laberinto de letras e ilusiones.
Con infantil  emoción  llegué hasta la vieja pared. Y recorrí con las manos su piel  hoy rugosa y casi desconchada. Entre los restos de cal y tierra aún reconocí viejos mensajes y me emocióné al recordar. Ilusionado recorrí sus cuatro esquinas buscando un imposible, aquel corazón que nunca dibujé, aquella flecha que nunca pinté, aquel mensaje que nunca escribí, aunque lo lleve grabado en el fondo del corazón.
Y sonreí. Una música en el aire me recordaba que la tiza no escribe en el frío.
Entre aquellas ruinas de tiza y tinta  un mensaje sobrevivía entre desconches, unas letras de azul cobalto ponían realidad entre aquel mundo de sueños  “Es inútil querer subrayar lo que borra el olvido”.
 
 
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                                  https://youtu.be/NqPjGdluUvU

martes, 15 de enero de 2019


                                                      TU NOMBRE

Las luces de tu nombre vienen dibujando en esta noche los paisajes que escribes en colores a la luz del encuentro al amanecer. Las letras de miel y ocaso de tu mirada vienen en este folio escribiendo fantasías con luces de estrellas fugaces.
 Con un pincel de mil notas entonan una melodía infinita en el piano de un arco iris cuando me miras y te miro, cuando sonríes y sonrío, cuando me abrazas y el mundo entero se para, cuando la realidad se hace un momento infinito. A la espera del momento vital del reencuentro…búscame en la soledad callada del agua que pasa y el aire que fluye.
En ese instante supremo cuando se funden tu día y mi noche, cuando dos realidades se hacen un solo camino, y dos almohadas escriben un mismo sueño. En ese sublime momento, cuando mis ojos se llenan con la luz de tu mirada, y miramos los dos hacia un mismo sentimiento.
En ese latido infinito, cuando tu corazón hace guiños de diástoles y el mío le contesta con sístoles en carne viva. En ese cálido instante, cuando los pasos de mis manos encuentran la meta de seda de tu mejilla en una caricia alada. En la sutil transparencia de tu deseo encadenado al encuentro del alba y rosa de mi amanecer contigo.
En el folio por hacer de tu sueño entre ausencias, al dibujar con anhelos las horas en vacío. En ese camino en blanco y negro que cada noche se abre con las sombras de la ausencia, y que alumbramos en colores con la luz de un beso en esperanza.
En esos pasos perdidos que caminan en la nada, y que se hacen paralelos en el amanecer luminoso del alba entre dos miradas. En esa música sin notas en el piano del camino a solas, que se tornan rosas en blanco y negro en la fantasía azul y oro del abrazo a la luz de la alborada.
En ese folio negro de tu ausencia y mi vacío,  que pintaremos de colores con las rimas de tus besos. En ese oscuro en redondo de mi folio en penumbra, que llenaremos de sensaciones con el pentagrama emocional de tu presencia entre las manos. En la vivencia sonora de tu callado silencio que pintaremos de letras azules y lluvia de sonrisas.
En la realidad que encarcela nuestros sueños en la celda de la madrugada a solas.
 Y cuando al fin pueda estar contigo, cuando esté lleno de ti, inventaré palabras para decorar tus sueños  y  letras nuevas  para iluminar tus noches. Cuando al fin sea alba en tu amanecer y luna en tu madrugada, entonces encenderé un nuevo día para los dos con las luces verde esperanza de las letras de TU NOMBRE.
 
 
                                     Foto de Pepi Enciso Pizarro
                                     https://youtu.be/Gab1-j5xBi0