lunes, 19 de octubre de 2020

 

                     ERA, FUE, PASÓ.

 Era la primera luz que iluminaba mi ventana al nacer el día, era la sonrisa de buenos días en el balcón de su mirada, era la ilusión vestida de luz entre la niebla de los sueños.

Fué el primer paso de un camino por soñar, el primer sueño de un libro por escribir, el primer renglón de una historia con letras azules. Fué el primer deseo entre pliegues entrelazados en un mapa de caricias, el primer beso entre corales rojos de labios en flor.

Era el amanecer entre nubes envueltas de estrellas, el primer color en el arco iris de su presencia. Era el aire fresco  que nacía en los valles de su beso, era la ilusión vestida de luz en el salón de estar del nuevo día. Era la danza por bailar entre los dedos de oro del sol y las sombras doradas de mis pupilas anhelantes.

Fué el camino que nacía entre dos miradas al borde de la tarde, el deseo que nació tras un infinito eterno, el reflejo efímero de un imposible entre pupilas. Fué aquello que dura un instante y queda para siempre, fué  un no ser siendo, un espejo de atardeceres en el espejo de un folio.

Era la luna llena entre noches en fase nueva, la luciérnaga que iluminaba entre paredes transparentes, el techo de cristal para noches de sueños en duermevela. Era el arcón de papel donde guardar mil pensamientos, el jarrón donde poner mil poemas florecidos con aromas de besos en carne viva.

Fué el alfa y omega de unas letras que eran espejo y mensaje, luz y horizonte de un silencio callado. Fué el agua que regaba el árbol azul de los sueños, la tierra que abrazó un deseo y lo guardó entre hojas escritas y raíces de poemas en flor.

Era la música en un pentagrama de notas nuevas, el arco iris en un lienzo hecho horizonte, era el rumor del otoño entre hojas secas, el calor de una hoguera tras los cristales del invierno. Era el olor de la primavera entre flores recién nacidas, el color del verano al atardecer en el horizonte de sus ojos.

Fué el ocaso de unas letras ayer vestidas de azul, el otoño de un sentimiento, el viento frío de invierno  que borra el sendero de una sonrisa, la escarcha en agosto de nieve y olvido que hiela el corazón de un anhelo

Y sucedió que un día llovió olvido sobre los recuerdos, sobre el camino, sobre las letras. Y se hizo el silencio sobre el folio, sobre el corazón, sobre una mirada. Era y fué .Y todo pasó a ser olvido cuando el sol amaneció entre los pliegues de mi almohada.


                                                     Imagen bajada de la red.

                                                     https://youtu.be/_2HDP_zLkH0