lunes, 13 de diciembre de 2021

 

 

                                 TIEMPO A LA ESPERA

Fue a nacer un año sin números, en unos días sin fecha en el calendario, en un tiempo sin medida, entre las cuatro estaciones, en un espacio entre el alba y el mediodía, entre el ocaso y la noche.

Transparente y sin formas se dispuso a caminar  su vida sobre una blanca almohada. Abrió la ventana de la realidad y el aire del sueño donde nació se llenó de matices.

Olía a verde turquesa de primavera en flor, a rosas encarnadas de mayo en unas mejillas, al amarillo dorado de unas espigas cargadas de ventura. Y olía al canto de una chicharra cuando el sol se tumba sobre la dehesa para hacer la siesta. Olía a ocre y brisas de otoño, cuando el tiempo se viste con hojas marchitas  y calza sandalias de pasos entre surcos a la espera, entre notas de amarillo en el parque y arroyo sediento de esperanza.

Huele también a nubes oscuras estallando sobre el lienzo del cielo, a los primeros fríos paseando por las calles del día, a las primeras lluvias derramando vida por los renglones de la madre tierra. Después olió  a nubes de rocío y viento helado, a nieve en las cumbres del tiempo, a vaho tras los cristales y a cuentos al compás del baile delas llamas, y la danza del humo en su ascenso hacia la nada.

El tiempo le fue dibujando surcos en su piel transparente, y en sus sienes de alba y luna pintó la blanca capa de la nieve recién caída. Y llenó sus oídos con el suave aroma de mil canciones con colores de arco iris, y pintó su horizonte con oro del amanecer  y rosas y añiles del ocaso, y con luz y sombras al mediodía, y luna con traje de fiesta para noches en duermevela.

En una pared encalada, en una esquina con tres puntos cardinales se ha sentado acariciando el tiempo entre sus manos. Ha sonreído entre letras azules y se ha quedado dormido. De vez en  cuando se despierta, se viste de vivencia, y se asoma al mundo de los sueños.

Sus pasos azules se quedan grabados en una playa de arena blanca, en un mar hecho libro, en un deseo, en un sueño que nace y vive entre letras.  


                 

                                     Foto  J.J. Hernández Maldonado

                                     https://youtu.be/rQO7AW4AF-s

domingo, 7 de noviembre de 2021

 

                                                        DIJISTE VEN

Dijiste ven en la ventana de mi amanecer. Y llenaste de luz un nuevo día. Y aquella ventana se encendió de aromas de arco iris y de colores de primavera en flor.

Dijiste ven, seremos. Y mi mediodía se llenó de luz y colores. Luz para jugar al escondite entre aceras al sol y paredes de cal y folio. Color,  para encender mi mirada en el espejo de la tuya, para hacer de tu presencia una hoguera de ilusiones.

Dijiste ven, seremos. Y mi atardecer se llenó de nubes de oro y horizonte entre dos miradas al borde de un sueño. Y las nubes jugaron a dejar de ser sueños, y se vistieron de realidad con traje de oro y rosa. Y el horizonte se fundió en una línea infinita con el cielo vestido de nubes de algodón dorado.

Dijiste ven, seremos. Y mi ocaso se acurrucó en tu almohada con traje de luna y estrellas. Y en su cuna creciente dormiste mis sueños con nana de palabras azules y besos de letras en flor, al cobijo de sábanas de estrellas estampadas de sueños y luna llena.

Dijiste ven, seremos, e hiciste de mi madrugada un camino transparente entre anhelos en duermevela. Entre tu almohada y mi sueño, entre tu anhelo y mi deseo hiciste un puente de renglones azules, donde caminaron nuestros sueños desde tu orilla hasta mi beso, desde tu corazón hasta mis manos.

Dijiste ven, seremos. Y tu mirada se hizo mi universo, tus manos se hicieron mi mundo y tus palabras mi norte y mi guía. E hice mi bandera con los colores de tu risa y el aroma de tus besos, con   la luz de tu mirada y la seda de tus manos.

Dijiste ven, seremos. Y hay un camino tras cada amanecer, hay una nueva esperanza tras cada abrazo, una nueva ilusión tras cada beso.

Dijiste ven seremos.  Y me abracé a tus ojos, a tus manos, a tu vida.

Dijiste ven, seremos…Y todo empezó contigo. 


                                  Imagen bajada de la red

                                  https://youtu.be/Cvpm7ckpd_M

viernes, 24 de septiembre de 2021

 

                                  A DIEGO MATEOS

En  esta tarde de otoño, preñada de nubes de tormenta y llanto de lluvia, me asomé un día más a la ventana de mi ático para mirar un poco más allá dónde nace el horizonte, donde el cielo y el mar, la montaña y el deseo me acercan a ese universo paralelo llamado Campillo.

Y paseé un día más por mi infancia tan lejana y próxima a la vez, y entre imágenes mil veces vividas y sentidas a flor de piel una sobre todas llamó a mi corazón, una persona entrañable como pocos ocupó mi mente: Diego Mateos, el Barbero.

En la calle llamada Calvo Sotelo, hoy Mesones número 11 tenía su barbería. Era obligada entonces la visita  de hombre y niños a la barbería de Diego, y allá que íbamos. Desde aquellos lejanos años  siempre me llamó cariñosamente Josefillo, y con su sonrisa franca y sincera me recibía para cortarme el pelo, mientras me subía en una silla.

Mis cinco años se derrumbaban en un mar de lágrimas que Diego intentaba calmar con historias y mucho cariño, mientras sus manos movían la máquina y el peine cortando el pelo.

 Las lágrimas se iban secando al compás de mil historias, y cuando por fin acababa su trabajo el alivio dulce de un caramelo y una sonrisa blanca ponían unas gotas de alegría en los ojos de aquel pequeño diablillo.

Poco a poco Diego pasó a  ser  un amigo grande para todos, pero en especial para mi. Yo vivía entonces en la casa de la abuela Josefa junto a la barbería, y ésta se transformó  en un lugar dónde conocer mil gentes y mil cosas.

Allí había un mundo por explorar, un universo de sensaciones que fui descubriendo poco a poco, día tras día, visita tras visita al amigo Diego-

Siempre me llamó la atención lo limpio que estaba todo, desde el material hasta el suelo, los espejos, las sillas, todo reflejaba limpieza y orden. Las paredes de la pequeña habitación estaban empapeladas con propaganda de películas que antes o después se vieron en el cine Cervantes, de grato recuerdo.

Allí descubrí personajes del oeste americano, folclóricas en su momento cumbre y  paisajes de leyenda.

Sobre un armario blanco un botijo con agua fresca nos invitaba a calmar la sed, mientras una vieja radio daba las últimas noticias en “ el parte” de la hora en punto que marcaba un no menos viejo reloj que compartía estantería. Colgados en la pared los resultados de la quiniela de la semana y en un banco corrido  aguardaban revistas y periódicos.

Allí descubrí el mundo de la radio y los diarios, a base de verlos intentando comprender sus escritos, pero sobretodo conocí la magia de las tertulias que se formaban a cualquier hora. Fueron muchos los amigos que quisieron compartir un rato con Diego, y se pasaban las horas en animada charla con él, mientras sus manos se afanaban en un afeitado o buscaban la mejor imagen para el corte de pelo.

Ya de mayor seguí  yendo hasta allí para escuchar historias de la  gente  en aquel manantial de vivencias que era la barbería de Diego.

Desde mi lejano exilio, cuando la tormenta enciende música de truenos y la lluvia pone nota ausente, regreso a mi mundo real, y cierro la ventana de mi ático mientras lanzo al aire esta carta en homenaje profundo y sincero a un amigo...  Diego Mateos, el Barbero.


                                     
                                                           Imagen bajada de la red

                                        https://youtu.be/EBcaFpHJPZI
 

 

   

sábado, 28 de agosto de 2021

 

                                          PASEO NOCTURNO

Con  pasos dorados entre nubes de algodón y pinceladas de añil y rosa la tarde se fue marchando por el sendero curvo del lejano horizonte. Mientras se iba alejando se abrieron las ventanas del cielo, y aquel techo infinito se fue llenando de estrellas que me invitaban con sus guiños que les acompañara en un paseo nocturno.

Acepté encantado la invitación y con la ilusión por equipaje fui caminando ilusiones por los senderos de la noche, a la luz de sensaciones en carne viva.

Y volví a leer aquellos pasos que un día fueron luz y espejo,  y encendí la luna llena de las vivencias que nacían al calor de un sueño al otro  lado de la almohada.

Sonaron  de nuevo aquellas músicas que fueron cómplices y amigas, y sonreí entre compases de tic tac y notas irisadas en un pentagrama de emociones.

Todo seguía igual y todo había cambiado en aquel rincón en las fronteras de la madrugada. Las paredes son horizontes de luz con paisajes  de alba y atardecer. El techo cuajado de estrellas es un lienzo infinito donde pintar deseos  con  pinceles luminosos de estrellas fugaces.

La luna llena es un folio de luz para escribir sonrisas en las claras del día. El aire nuevo  trae aromas de primavera en flor en la playa de una sonrisa infinita, en el reflejo dorado de una mirada  que se hace espejo de la tarde.

Sentado en un banco sin fronteras el tiempo me ha sonreído mientras ha parado su pasar bajo el calor de una farola en flor. Entre sus manos me trae un corazón transparente y una mochila infinita. Uno para vivir  nuevos sueños, la otra para guardar las sensaciones nuevas que nacen a la luz de un nuevo horizonte.

Y las calles se han vestido de colores con el reflejo irisado de mil persianas y el guiño tricolor de los semáforos al borde del tiempo. Y los árboles han comenzado a bailar de la mano de la suave brisa de la madrugada. Un cortejo de hojas danzantes forma cortina y alfombra al paso de unos recuerdos por vivir.

Caminando emociones he llegado hasta el mar. Eterno amigo y cómplice sonríe con luz de luna llena y cálido abrazo de espuma blanca. Almohada y folio la playa me saluda con sonrisa de olas en flor y canciones de sal y luna. Y me uno, una noche más, con la inmensidad azul que forman cielo y mar.

Allá a lo lejos, donde el cielo se une con el mar, tímidamente asoman los primeros pasos  del amanecer  con ecos de rosa y oro, y besos de estrellas en su despedida.

En homenaje a todos al aire, al tiempo, al mar, a la luna y las estrellas, a la música y las letras, a los árboles, he dejado una rosa en la playa para que el mar y el viento la lleven hasta ese lugar donde nacen todos los sueños, al otro lado de la realidad.

Al llegar el nuevo día una mirada de universo me abraza para seguir soñando, para vivir.



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                                         https://youtu.be/dRU-pxCn2qo



domingo, 20 de junio de 2021

 

                      COMO SIEMPRE

Hoy vienen mis letras buscándote, como tantas otras veces, como tantos folios antes. Vienen buscando la luz de tu sonrisa al otro lado de la realidad, la música azul de tus pasos por los renglones del día, y la irisada cortina de tu mirada cuando me abrazas al nacer el día.

 Camino hacia la tarde por un folio que se llena de caminos azules. Busco entre las doradas nubes palabras nuevas, letras por nacer que sean espejo infinito de ese arco iris que nace cada vez que te pienso. 

Y cada vez que te nombro lo hago en voz baja por temor a que se rompan las letras de tu nombre. Y cierro los ojos al nombrarte por temor a que se apaguen las estrellas del universo de tus ojos.

 Escucho el canto de un coro de jilgueros entre la verde primavera de un limonero en flor, y sus trinos se hacen cortina y paisaje mientras te busco, una tarde más, entre las rosas de la tarde y el oro del atardecer. Entre esas palabras que nunca nacen pero sientes a flor de piel, entre esas sensaciones que se niegan a ser solo letras, pero que aceleran el corazón y encienden la mirada.

 Se vuelven músicas en carne viva las caricias de tus manos al encuentro con las mías, y las olas de tus besos se tornan amapolas de espuma encarnada en la playa de mis labios hechos trigales y mar, océano y siembra, bajo el cielo azul con sol de besos en una almohada de luna llena.

 Se está  yendo la tarde tras la línea azul del lejano horizonte. Ha cesado el canto de los jilgueros y el danzar del aire entre los árboles. Se ha apagado el oro y rosa del atardecer sobre el horizonte, y las nubes visten traje oscuro de noche con lentejuelas de estrellas.

 Un collar de luz de plata hecho de luna llena se enciende en el techo del cielo. Una tarde más, como tantas otras, he salido a buscar letras nuevas para inventar palabras, y en folios nuevos soñar nuevas emociones a la luz de tu presencia, al cobijo de tu abrazo, al calor de tu beso.

 Hoy vienen mis letras, mis ojos y  mi corazón buscándote, como tantas otras veces, como tantos otros folios, como siempre.



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                                  https://youtu.be/lzadpZukzWs

domingo, 23 de mayo de 2021

 

                             POEMA

Paseaba por  un bosque azul a la luz de las luciérnagas. Una cortina musical con olor a primavera le envuelve y la canción de mayo en verde esmeralda en las hojas de su ventana acaricia sus sentidos. Una mariposa vestida de sol naciente se posa en su hombro y le susurra un mensaje en sus  alas abiertas.

 Al otro lado del bosque una sonrisa de mar en calma le invita a abrirlo. Era un poema dormido entre olas azules. Entre sus formas de palabras de azul espuma escondido había un sueño de voz entre silencios.

 Y aquella voz se hizo arco iris y dibujó esperanzas en días grises de tormenta y lluvia. También era la semilla de esperanza para la nueva primavera, cuando el invierno vestía de frío y escarcha los cristales de su ventana. Y aquel poema se hizo caricias cuando la soledad pintaba de gris  el paisaje del amanecer a oscuras.

 Y también se hizo música cuando el silencio caminaba pasos sin tiempo en un reloj sin números y sin fronteras. Se hizo horizonte cuando su ventana se quedaba cerrada en  días de lluvia y vientos de ausencia. Poema hecho arroyo susurrante cuando el estío secaba las  horas, y caían las hojas de los días en un calendario que colgaba en la pared transparente de un sueño.

 Fué la voz que clamaba entre mil ajenas realidades, poniendo faro y guía entre gris de asfalto y aceras a ninguna parte. Fué lluvia cuando el otoño marchitaba sueños, y regaba con lluvia de letras la sedienta faz de un folio en espera. Y fué a la vez el tibio sol de enero para deshacer la escarcha que dibuja en una almohada una sonrisa ausente.

 Poema de verde turquesa para vestir de primavera el aire que canta  canciones de jazmín y amapola, y rima canciones de colores entre las letras aladas de golondrinas en flor. El sol ha salido en el bosque azul, entre las verdes letras con traje de fiesta y esperanza.

 Las nieblas de la realidad ascienden hacia el cielo hasta perderse en un folio sin renglones ni letras. Y aquel poema se hizo transparente, se fundió con la nada y se perdió en la nada. Un libro de tapas azules con las hojas en blanco reposa en una orilla del camino.

 Todo está por hacer, por sentir, por soñar.

 Era un poema, quizá solo eso.



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                             https://youtu.be/sN8IU-x_nV0

domingo, 25 de abril de 2021

 

                               TIEMPO DE ROSAS

Hoy quiso mi atardecer volver a pasear por aquel paisaje vestido de verde eterno, por aquella escalera tachonada de rosales en flor. Unos latidos ansiosos volvieron a subir por aquellos escalones grabados con recuerdos en flor, con pétalos en carne viva.

 Como por arte de magia se hizo una nube en el aire y me adentré en ella. Entre mis manos, entreabierto,  un libro de tapas azules donde escribías tus ideas y pensamientos, tus poemas a flor de piel. Mientras tus ojos dibujaban infinitos en mi eterna duda tus manos pintaban mariposas  en el aire, mientras mi mirada navegaba azules singladuras entre las olas de tus letras.

 Y en ocasiones, en islas de letras y coral, dejaba una marca de pétalo encarnado o fuego vegetal entre las páginas de blanca espuma, cual boya de colores para reencontrar el camino de vuelta a la realidad. Olía aquel libro a mar de poemas en flor, a olas de rosas y espuma, a playa de pétalos y tinta, a arena de letras con vestido de arco iris.

Y al mismo tiempo las rosas se fueron transformando en notas musicales, y conformaron en el aire una sinfonía multicolor en un pentagrama de arena y pétalos, tinta y olas, letras y música. Y el aire se vistió de fiesta con perfume de colores y notas de mar y rosas, con letras de espuma y arena, tinta y pétalos.

 La vida pareció detenerse tras cada poema, tas cada pétalo entre letras, tras cada perfume entre las ramas verdes de mis sueños en el aire y una duda a flor de piel. Hoy, que vuelve a florecer la primavera, que los rosales cantan canciones de amor con letras de colores he vuelto a leer aquel libro.

 Entre sus hojas amarillas se quedó dormido el tiempo, entre sus renglones azules se quedaron ya secas las rosas flameantes de mil letras en carne viva. Entre sus tapas azules de mar y cielo en primavera se quedaron grabados los sueños y los deseos  que escribieron dos miradas de azul y atardecer.

 Tras un paisaje de verde eterno, en una escalera tapizada de rosales en flor un libro de poemas se ha encendido con la luz del atardecer.

 Al cerrar las tapas se iluminan en despedida unas letras ya marchitas con el suave perfume de las rosas.



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                                   https://youtu.be/F-cshju5Av4

sábado, 3 de abril de 2021

 

                                                               ELI, ELI

Había llegado el momento crucial, aquel instante preparado desde tanto tiempo atrás. El cielo azul limpio de nubes, aquel cerro descarnado en las afueras de la ciudad, aquella muchedumbre ansiosa de espectáculo.

El aire se  llenó de insultos e improperios mezclados con llantos sin medida y ayes de dolor. En un lado los soldados intentando mantener el orden en aquel caos, en otro las familias que lloraban sin consuelo, y en el medio …

Y de improviso una nube gigante, oscura como la noche sin luna, y redonda como una rueda, se interpuso entre el cielo y la tierra, entre las gentes y el sol, y se hizo la noche sobre el cerro, sobre la ciudad. Y la gente huyó despavorida al tiempo que un terremoto abrió la tierra de levante a poniente.

En medio de aquel caos una voz trémula se oyó decir “ ELÍ, ELÍ LEMÁ SABACTANÍ “ , y después “ TODO SE HA CUMPLIDO”, para acabar diciendo “ EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU”.

Y mientras inclinaba la cabeza aquel espíritu ascendía más y más. Y la nube redonda como una rueda y oscura como noche sin luna se encendió de fuego y surcando el aire se perdió en la nada.

Y cuenta quién lo vio que desde aquel momento empezó la cuenta atrás.

  

                             SAN JUAN 14, 1-12

La noche es oscura y cerrada llena de estrellas. El amanecer es tan solo una esperanza que ni siquiera asoma por el horizonte. El tiempo fluye como dormido sobre un aislado cerro descarnado, sobre una ciudad que duerme.

De lo más profundo de las estrellas una luz destaca por su brillo  que se agranda cada segundo. En un abrir y cerrar de ojos una forma difusa y transparente se ha situado sobre el cerro.

En ese mismo instante se ha parado el tiempo, se han callado los ruidos de la noche, y un silencio espeso se nota en el aire. Como saliendo de la nada un rayo de luz sólida ha cruzado el aire, y ha llegado hasta una losa de piedra redonda moviéndola de su sitio.

Al momento un brillo cegador ha surgido tras la losa dejando en el aire un olor a tiempo discurrido, a espacio liberado. Tras ese tiempo una suave brisa dorada se dibuja en el aire, y al momento dos seres se sientan junto a la losa redonda.

Se ha apagado la luz  sólida, ha cesado la brisa dorada y vuelven a escucharse los ruidos de la noche. El techo del cielo vuelve a ser una alfombra de estrellas, y aquella forma difusa y transparente es ahora una estrella más sobre el cerro descarnado.

Mientras la vida recupera su ritmo el alba asoma con pasos de amanecer en el horizonte. Entre los soñolientos olivos y los cercanos huertos unas voces femeninas se les oye acercarse.

En la casa del Padre hay mucha moradas. ( San Juan 14, 1-12).

Finaliza una cuenta atrás y  empieza otra.

En Oviedo y Turín están las llaves de esta historia.


  

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                        https://youtu.be/9HRt5UY1Gmo

 

martes, 9 de febrero de 2021

                                                                SOÑANDO                

En el portal abierto de un folio en blanco el nuevo día encuentra un sueño dormido  con un anhelo entre las manos. Cansado de caminar todo el día por las calles de la vida se ha sentado en el umbral azul de un renglón.

Empezó su caminar con el amanecer en la mirada, llenando sus pupilas de horizonte, y con aroma verde de jardín en flor se ha adentrado en las aceras del día. Mientras el sol jugaba entre luces y sombras, él caminaba silencios, como esperando. Detuvo sus pasos ante una fuente en flor que manaba aguas de esperanzas, y bebió hasta saciar su corazón.

Llegó después a un jardín con flores de amanecer de oro en pupilas de universo oscuro, y llenó su mirada de estrellas. Calle adelante caminó unos pasos con destino a un espacio sin nombre, a un lugar indefinido donde la nada se daba la mano con la ausencia.

Unos pasos más allá  llegó a un mercado dónde vendían ilusiones en nubes blancas de algodón, y también vendían racimos de sueños en almohadas transparentes. En tiendas hechas de aire vendían esferas de anhelos escritos con pájaros azules de letras en vuelo.

Más allá se ofrecían a la vista árboles con flores de letras por abrir. Colgadas de sus ramas en irisado abecedario aguardaban el mágico momento dónde un sol con luz azul las hiciese fruto en un sueño blanco de folio.

Y halló también una tienda con espejos reflejos de sonrisas, y guardó uno en el horizonte de sus labios. En una calle cercana vendían flores con olor a música. Hizo un ramo con canciones de colores  y lo guardó en el jardín de su alma.

Y el ocaso escribió en rosa la hora del atardecer. Mientras caminaba el cielo se oscureció, y se cubrió con negras nubes. Sin tiempo para cobijarse del cielo llovieron lágrimas negras sobre sus pasos, goterones oscuros de silencio y vacío.

Con el alma empapada de lluvia y el corazón aterido se ha cobijado en el portal solitario de un folio  al atardecer. Sobre el horizonte del mar el nuevo día dibuja su nacer entre letras de púrpura y oro.

En el portal abierto de un folio en blanco la realidad encuentra un sueño dormido con un anhelo entre las manos. 


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                                      https://youtu.be/37TnozVNX4I