jueves, 24 de diciembre de 2020

 

                   LA SEÑAL  (2a PARTE)

Caminaba el verano las primeras semanas de Julio plenas de calor y humedad. El cielo estrellado como nunca, en noche de luna nueva,  incitaba a salir a la explanada situada frente al observatorio y contemplar la bóveda celeste.

La calma y la paz de la noche se rompieron en mil pedazos cuando de repente sonaron todas las alarmas. Los ordenadores y los receptores de ondas anunciaban algo inusual. Los nervios disparados y las prisas por saber se adueñaron de la sala de control.

En las pantallas se dibujaba una intensa luz y un eco de radio sobre sus cabezas ¿Qué hacer en estos momentos? ¿Avisar a las fuerzas aéreas, al gobierno, de qué se le podía avisar y para qué?  

A toda velocidad y con los ordenadores trabajando al límite calcularon la trayectoria de una posible caída. Con estupor y espanto vieron que los números decían que caería muy próximo a la estación.

Así pues se prepararon para llegar cuanto antes al lugar del posible impacto. Cargaron sus vehículos del instrumental necesario y con sus localizadores se encaminaron hacia dicho punto.

Su sorpresa fue en aumento al comprobar que aquella luz era ya visible en el cielo. Una nube luminosa de color azulado descendió suavemente y se paró frente a ellos, como esperándolos.

La luz se puso en marcha iluminando el sinuoso camino delante de los vehículos que marchaban a toda velocidad entre polvo, curvas y revueltas, conduciéndolos hasta una aldea entre rocas.

La luz se detuvo sobre la aldea e iluminaba todo a su alrededor como si fuera de día, dejando ver una cueva que parecía estar encendida. De repente se hizo el silencio y todo quedó como suspendido en el tiempo.

La extraña luz se posó suavemente en la tierra  a la entrada de la cueva y apagó su brillo. Una vez llegados a la cueva los científicos se pusieron sus trajes antiradiación  y  con focos y linternas avanzaron hacia el interior.

 Intrigados por la luminosidad los científicos avanzaron llenos de temor y curiosidad. Una vez dentro, un resplandor que lo  iluminaba todo alumbraba una escena infinita.

Recostada en el suelo, entre mantas, una mujer joven, casi niña, acababa de dar a luz a su hijo. A su lado la partera limpiaba  la frente de la madre y cubría al recién nacido con pañales inmaculados. De pie, un joven  padre contemplaba la escena, lleno de alegría, mientras un alboroto llegaba desde la entrada.

En el dintel del rellano unos seres con  extraños trajes acababan de entrar y miraban sorprendidos. La madre sostenía entre sus brazos al recién nacido mientras la cueva se llenaba  de luz.



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                             https://youtu.be/hD4KMp22jBg

domingo, 20 de diciembre de 2020

 

                         LA SEÑAL 

Cuentan que hubo una vez un  grupo de científicos  que  vivían en una Estación de Seguimiento Orbital, que se afanaban en estudiar el cielo y sus misterios a la luz de la ciencia.

 Contaban con un inmenso telescopio,  y una antena receptora de ondas, los más grandes del mundos, para sus es estudios. Ubicados en una remota tierra, de un lejano país, aislados del mundo, tan solo volvía a sus casas de vez en cuando para coger fuerzas y recargar ilusiones. 

Contaban con una inmensa biblioteca donde recogían  y guardaban historias y tradiciones, leyendas y mitos, referentes a antiguas civilizaciones de todos los pueblos del mundo. Bajo tierra tenían unos sótanos con salas llenas de ordenadores  que les ayudaban y donde guardaban sus estudios en infinitos ficheros.

 Desde hace unos días su vida tranquila  y calmada está siendo alterada por una extraña señal, tanto luminosa como de radio, que aparece en sus equipos, y que parece acercarse cada segundo que pasa.

 Fuera de cualquier parámetro o medida que la asimile a planeta o meteorito, estrella o cualquier otro cuerpo celeste, aquella señal parecía estar cada vez más cerca. Tenía además un comportamiento extraño, como inteligente, parecía saber cuando los científicos debatían sobre ella.

 Era entonces cuando aumentaba el brillo o más fuerte era la señal de radio. Aquello no tenía respuestas, pero sí muchas preguntas. Unas veces parecía estar en plena atmósfera terrestre, y en otras parecía orbitar, como estudiando algo.

 Y lo más extraño era que tan sólo ellos y nadie más sabía de aquel extraño fenómeno. En el resto de observatorios del mundo nadie sabías nada, pese a que les fueron remitidas las coordenadas de ubicación, y las antenas y telescopios miraban y escudriñaban en aquella dirección. 

Entre asustados y sorprendidos miraban a los cielos cada día, cada noche, en espera de ver a aquella señal que les permitiera descubrir el cómo y el porqué de aquella anomalía.

 Era una noche más, de un día cualquiera, noche oscura de luna nueva, cuando la señal se apagó bruscamente de todos los instrumentos. Tras comprobar todas las pantallas y quedar todo en silencio un extraño impulso los hizo salir al patio central de la Estación. 

Agrupados en torno a la entrada del edificio miraron todos al cielo. Una combinación de luces rojas, amarillas y verdes iluminaba la explanada.

Era la señal.



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                        https://youtu.be/mm1hf_S4uxY

martes, 1 de diciembre de 2020

 

                     LA DAMA DEL LAGO

Con reflejos del amanecer en las pupilas, por los senderos en semipenumbra del cercano bosque, he adentrado mis pasos  entre las nieblas matutinas.

Busco ese momento mágico donde el sol besa el agua del lago con labios de oro y fuego, y el agua lo abraza con brazos de arco iris y mirada vestida de plata y azul infinito. Huele el aire a emociones contenidas, a tiempo detenido entre luz y agua, sol, niebla y bosque.

 Los pájaros sueñan en su pentagrama alado entre notas multicolores, en una coral de trinos infinitos. Sobre la piel de tierra del bosque mil senderos se adentran en la espesura buscando el trino de los pájaros, el sosiego y paz de las aguas del lago, o el horizonte infinito de unas montañas que parecen querer acariciar el cielo.

 Llego hasta una fuente que fluye cantarina entre piedras en un recodo del camino. Haciendo un cuenco con las manos bebo de aquel agua pura y cristalina y la energía de la madre tierra me inunda de fuerza y de sensaciones.

 Ensimismado por el rumor del agua he cerrado los ojos. Al abrirlos, al otro lado del sendero, entre nieblas de alba y luz, una figura femenina me mira sonriente, mientras sostiene entre sus manos una rosa.

 Asustado miro a todos lados buscando una explicación. Sin parar de sonreír me invita a sentarme a su lado en las cercanas piedras. Con voz angelical me cuenta que es la Dama del Lago, aquella que vienen a buscar pintores, músicos y todo tipo de artistas, pues cuentan que concede a quien la ve la magia de la inspiración.

 Nada de eso soy, le cuento, tan sólo busco la belleza, y allá donde la encuentro la guardo en el lienzo de una fotografía, para luego compartirla con los demás, y que puedan admirarla.

 Sonrió complacida y mirándome con miel y seda en las pupilas me cogió las manos y me sentí lleno de luz y de felicidad. Al despedirse me dejó un beso en las mejillas y un olor a primavera en el alma.

 Se adentró en el bosque y luego se difuminó su silueta entre las nieblas del lago. Aturdido por la emoción y con el corazón exultante miré mil veces por límites del bosque, por las orillas del lago.

 El sol en su cenit derramaba su luz sobre los cuatro puntos cardinales y hacía del lago un inmenso espejo de agua. Al alejarme en pos de mi camino hice una fotografía y volví la mirada hacia el lago.

 Allá donde se funden la realidad y el sueño, entre nubes difusas una figura femenina llevó su mano a su boca lanzando un beso, y luego la alzó diciendo adiós, mientras su figura se difuminaba entre los rayos del sol.

 En ese preciso momento un beso se posó en mis mejillas y una rosa aparecía  sobre mis manos.



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                                                     https://youtu.be/-i5UGbURIUU

lunes, 19 de octubre de 2020

 

                     ERA, FUE, PASÓ.

 Era la primera luz que iluminaba mi ventana al nacer el día, era la sonrisa de buenos días en el balcón de su mirada, era la ilusión vestida de luz entre la niebla de los sueños.

Fué el primer paso de un camino por soñar, el primer sueño de un libro por escribir, el primer renglón de una historia con letras azules. Fué el primer deseo entre pliegues entrelazados en un mapa de caricias, el primer beso entre corales rojos de labios en flor.

Era el amanecer entre nubes envueltas de estrellas, el primer color en el arco iris de su presencia. Era el aire fresco  que nacía en los valles de su beso, era la ilusión vestida de luz en el salón de estar del nuevo día. Era la danza por bailar entre los dedos de oro del sol y las sombras doradas de mis pupilas anhelantes.

Fué el camino que nacía entre dos miradas al borde de la tarde, el deseo que nació tras un infinito eterno, el reflejo efímero de un imposible entre pupilas. Fué aquello que dura un instante y queda para siempre, fué  un no ser siendo, un espejo de atardeceres en el espejo de un folio.

Era la luna llena entre noches en fase nueva, la luciérnaga que iluminaba entre paredes transparentes, el techo de cristal para noches de sueños en duermevela. Era el arcón de papel donde guardar mil pensamientos, el jarrón donde poner mil poemas florecidos con aromas de besos en carne viva.

Fué el alfa y omega de unas letras que eran espejo y mensaje, luz y horizonte de un silencio callado. Fué el agua que regaba el árbol azul de los sueños, la tierra que abrazó un deseo y lo guardó entre hojas escritas y raíces de poemas en flor.

Era la música en un pentagrama de notas nuevas, el arco iris en un lienzo hecho horizonte, era el rumor del otoño entre hojas secas, el calor de una hoguera tras los cristales del invierno. Era el olor de la primavera entre flores recién nacidas, el color del verano al atardecer en el horizonte de sus ojos.

Fué el ocaso de unas letras ayer vestidas de azul, el otoño de un sentimiento, el viento frío de invierno  que borra el sendero de una sonrisa, la escarcha en agosto de nieve y olvido que hiela el corazón de un anhelo

Y sucedió que un día llovió olvido sobre los recuerdos, sobre el camino, sobre las letras. Y se hizo el silencio sobre el folio, sobre el corazón, sobre una mirada. Era y fué .Y todo pasó a ser olvido cuando el sol amaneció entre los pliegues de mi almohada.


                                                     Imagen bajada de la red.

                                                     https://youtu.be/_2HDP_zLkH0


domingo, 27 de septiembre de 2020

 

                                                   ATARDECERES

Mis primeros recuerdos nacen envueltos en la magia de los colores del atardecer, cuando tras salir de la escuela llegaba la hora de jugar con los amigos en las orillas del querido arroyo Cañuelo. Y entre sus eternas cañas ver ponerse el sol tras la lejana sierra, mientras se hacía la magia en el horizonte con las nubes que se vestían, cual deseos, ahora de rosa, ahora de oro.

Y tras un fugaz destello la realidad volvía, y la noche llegaba con pasos luminosos de estrellas y vestido de luna llena o traje de noche de luna nueva, e incluso  traje de fiesta  con fases creciente o menguante.

Era también el momento de escuchar el trinar de los pájaros mientras buscaban la almohada de una rama para acunar sus sueños. Y  también llegaban las voces cansadas de los jornaleros tras un día duro de afanes.

Aquellos atardeceres se fueron quedando grabados en la piel, en la mirada, y se hicieron un poema infinito que leo una y otra vez, cuando mis ojos se hacen espejos de la tarde.

Atardeceres de Campillo, tan especiales, tan únicos, tan infinitos, que mis letras se hacen miniaturas azules  ante el imposible reflejo de tu magia.

Un día descubrí el cofre mágico de la fotografía y pude guardar sus mil caras, cuál precioso diamante, sobre el folio del horizonte. Horas infinitas sentado en las aceras de la tarde a la espera de ese momento mágico y único cuando el sol hace un guiño de fuego y rosa tras la última nube.

Y tras esa foto final sentir la emoción de hacer eterno ese momento, ese instante efímero del atardecer.

Lejos ahora de tus mares de trigo y cebada sueño en otro mar, en otra playa que huele a sal, con barbechos de ola y espuma, mientras acaricio tu recuerdo en la playa de una mirada que te añora.

Hoy como ayer, como siempre, me he sentado al final de la tarde con el corazón emocionado y la cámara dispuesta. Aguardo el momento infinito de ser el trovador de un  poema en oro y rosa, seda y azul,  sol,  nubes y horizonte.

Eternos, únicos, infinitos atardeceres de Campillo.   

  

                          Foto Juan José Hernández Maldonado

                          https://youtu.be/VEIyRa2BmMc


 
 

martes, 18 de agosto de 2020


                                  ENCUENTRO

Con el retraso habitual el autobús llegó a aquella parada. Sobre la acera varias personas esperaban su llegada. Unos tras otros  subieron y el autobús prosiguió su camino entre las calles de la ciudad.

En unas paradas bajaban sueños a punto de empezar su andadura, en otras subían esperanzas tras un tiempo de afanes entre las manecillas de un reloj con traje blanco y negro de números, que se harán presente y ahora por un instante.

Como cada día en el autobús se daban cita cientos de sueños e ilusiones, vidas con nombres ignorados que buscaban un afán entre otras vidas desconocidas, en el encuentro cotidiano.

Y sin embargo nadie sabía de nadie, todo se perdía en la incógnita y el anonimato, todo a la luz de aquel encuentro diario a las 7.30 de la mañana, en una parada de autobús, en una línea cualquiera de una ciudad cualquiera.

Una mirada de verde esmeralda esperó su momento para validar su tarjeta de viaje. Una y otra vez rebuscó en su bolso la tarjeta, que testaruda se resistía a aparecer. Con los nervios encendidos proseguía su lucha en los fondos de su bolso,  tras ella comenzaron los murmullos en la fila que aguardaba para validar el viaje.

Buscó también en su monedero unas monedas para abonar el billete, pero no llevaba monedas. Mientras se apartaba a un lado para no interrumpir a los demás viajeros prosiguió su afanosa búsqueda.

Cuando estaba a punto de abandonar presa de los nervios unos ojos con paisaje de universo en las pupilas se le acercaron. Con voz de miel y perfume de rosas le dijo…Ya está, mientras le abona el viaje con su tarjeta. Sin saber cómo reaccionar aquella mirada de esmeralda abre una sonrisa de arcoíris mientras susurra un gracias apenas contenido.
 Mueve sus manos nerviosas mientras apenas acierta a decir mañana te lo pago en monedas o con la tarjeta, tras ella un NO se oye elocuente y firme al otro lado de la mirada de universo.

Y con una sonrisa se alejó camino de un asiento. Al despedirse en una parada una sonrisa cómplice las unió mientras se despedían.
El día siguiente se presentó cómo los anteriores, y como los que vendrían después, con sus afanes y sus prisas, su retraso  en el  autobús y las colas para subir.

En el momento del reencuentro una sonrisa infinita escribió HOY pago yo, mientras se encendían los ojos y la emoción dibujaba amapolas en las mejillas.
En el momento de validar  coincidieron las dos manos. Roce sutil, fugaz y efímero de un encuentro en los renglones del día.

Dos asientos vacíos fueron el punto de encuentro y dos miradas que  se invitan a compartir viaje. Por el camino la coincidencia de muchos gustos y a la contra de otros y entre medio sonrisas y palabras entrecortadas, y un deseo común de seguir en contacto.

Al llegar el momento de despedirse una sonrisa más y un beso en las mejillas escribe afinidad cómplice entre dos miradas.
Han pasado los día, y la vida prosigue su diario caminar, el bus con su retraso y la misma gente con los mismos afanes. Hoy no hay asientos vacíos y si mucha gente de pie.
 Una de aquellas miradas hoy no vino y acompañadamente sola la otra mirada se pierde entre músicas mientras evoca aquel momento fugaz y efímero.
Unas manos con mirada de universo rozaron su piel y escribieron renglones de arcoíris con letras de seda y coral, mientras un autobús recogía esperanzas por las calles de la vida, y repartía sueños por las aceras de la realidad.

NOTA: Un mensaje en el teléfono móvil le da los buenos días y le pinta un  corazón con una sonrisa.  



                                 Foto bajada de la red
                                 https://youtu.be/zZwzU5FVNvY

lunes, 27 de julio de 2020


                       MAESTRO 
    
Hoy mis letras vienen vestidas de dolor y de luto. Las palabras nacen embargadas de emoción ante el adiós postrero a un amigo, Enrique. Mis letras resuenan en negro con el dolor golpeando el alma como un martillo enfurecido.

 Hoy el recuerdo del amigo se hace más presente que nunca, y viste de luto aquella eterna sonrisa con su camisa de azul cielo y mandil de cuero. El horno del corazón revive las llamas de mil historias nacidas y vividas junto a ti, mil lecciones de vida al son del martillo y al calor del fuego.

 En el yunque de la vida nos enseñabas a moldear los momentos que esta nos presentaba por delante, entre fuego y carbón, agua y acero, hierro y soldaduras. Nos enseñaste a ser felices cuidando animales y mientras tanto dando forma al metal.

 Y tu sonrisa era un arco iris cuando al eco de tu voz acudían  solícitos aquellos tus amigos de cuatro patas. Y también cuando el sudor bañaba tu frente y con golpes precisos hacías que el alma muerta del metal cobrara vida y forma Y  así nacían los escoplos, cual lápices de acero, para escribir esperanzas en los renglones marrones de los surcos por nacer en el folio de la tierra.

 O nacían poemas con letras  de metal, que se quedaban prendidas en nuestras ventanas como poesía eterna con alma enamorada que canta ante el mundo la belleza de unas formas. Tus palabras marcaban siempre el compás, en una sinfonía donde el fuego y el acero, el hombre y el martillo daban forma y vida a metales inertes, encendían de ilusión aquel espacio yermo, aquellas formas frías y sin alma, en un atril hecho yunque.

 En días de sol a sol, en jornadas de esfuerzo sin horario, hiciste de tu trabajo  un homenaje al esfuerzo diario, a la labor bien hecha. Siempre te llamamos Maestro, porque eso fuiste para los que te conocimos y estuvimos a tu lado.

 En la vida diaria, en cada momento y circunstancia, allí estaba la mano y el consejo del maestro y el amigo, para ayudar cuando los momentos se escribían en renglones torcidos, y tu presencia y tu abrazo eran el refugio para el alma dolorida.Y en la hora de la alegría tu sonrisa llenaba de luz el momento de compartir una dicha.

 Ahora, que se ha apagado el fuego de tu horno, que ha callado su voz metálica tu martillo sobre el yunque, ahora que tu mandil se quedó colgado en la paredes del silencio, y tu camisa azul duerme en la percha de la ausencia.
 Ahora, hay un silencio oscuro y sin vida sobre la vieja fragua. Hoy mis letras quieren ser un homenaje al amigo, al MAESTRO, ENRIQUE GALA TORTONDA. 
Desde mi agradecimiento, un abrazo eterno, gracias MAESTRO.


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                           https://youtu.be/lAmyLScoBUM

sábado, 4 de julio de 2020


                           RECODOS  

Desde su más tierna infancia buscó la forma de reflejar, de dar rienda suelta sus ilusiones y sueños. Buscó entre las letras, por entre caminos azules, sobre nubes de algodón hechas folios. Y guardó sus sentimientos entre aquellas formas que bailaban al borde de un camino sin destino ni final.

Y con la ilusión como guía caminó letras y llenó espacios en blanco con sueños e ilusiones. Pero un día mientras contemplaba el atardecer el cielo se llenó de ausencias, y comenzó a llover. Y vió como aquellos folios se deshacían con el agua, y la tinta se fundía con las gotas de lluvia, borrando todas sus huellas, borrando sus sueños.

Dolorido, buscó otra forma donde reflejarse. La pintura, pensó, llena de colores y matices, sonrió feliz. Llenó su corazón de pinceles y brochas de todos los tamaños y formas. Trípodes, paletas, lienzos, fueron llenando los rincones de aquella inquieta ilusión. Buscó paisajes donde encontrar un reflejo, y recorrió   valles y montañas, playas y llanuras, vergeles y desiertos, páramos y oasis. Y pintó la vida llenando su corazón de colores, y aquellos lienzos adornaron el salón vital de su vida.

Pasaron los días y un amanecer vió como el sol había resecado sus pinturas, y el tiempo vestía de amarillo sus telas. Aquellos trazos  se fragmentaban en pequeños momentos que caían descoloridos hasta el suelo de la realidad.
Probó después con la música.
 Quizá entre notas, entre sentimientos  paralelos  hallase ansiada manera. Sobre un pentagrama de arco iris compuso  bellas melodías, unas alegres , otras nostálgicas según dictaba el corazón. Y su cielo se llenó de notas multicolores y se durmió  feliz. Al despertar vio que su mensaje no podían leerlo ni escucharlo todos. Envuelto en tristeza emprendió de nuevo la búsqueda.

Sentado en una orilla de la tarde oyó  unos pájaros  cantar mientras hacían su nido. Una y otra vez iban y volvían trayendo ramitas y musgo, hojas verdes y lana para acolchar su hogar.

Y una idea nació en su mente. Hizo  una imagen de cada sueño y cada  ilusión, y con una aguja e hilo de mil colores fue haciendo un telón infinito, una cortina de deseos en carne viva que sería a la vez folio y espejo de sus sentimientos.

Así sería colcha de abrigo en sus noches de invierno de fría soledad, sería escudo de colores para los dedos ardientes  del sol de verano,  paisaje con aromas y colores nuevos en cada primavera, y canción dorada entre hojas que buscan el suelo para dormir esperanzas de otoño y ser abono y semilla.
Hoy que han pasado los años, que los hilos no tienen aquella tersura ni aquella luz, aquel telón sigue contando el mensaje que lo inspiró, un sentimiento que todos pueden entender y llega a todos los rincones.

A veces el camino no es solo unos  trazos sobre una vida en blanco hecha folio. A veces el camino tiene veredas que se unen por un  tiempo, otras para siempre. A veces ese camino tiene recodos donde la vida parece detenerse. Quizás sea en los recodos donde se vive la vida realmente, para reflejarla luego entre letras, lienzos, hilos, música, etc.

Quizás la vida sea todo aquello que vivimos entre esas  pequeñas cosas, pinceladas, letras, notas musicales , puntadas de hilo …puntadas de vida.

Quién sabe.      

       

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                                                      https://youtu.be/cURwTFo66RM

lunes, 1 de junio de 2020



             DONDE NACEN  LAS LETRAS

Hubo un momento indefinido, un tiempo sin forma ni medida en el que todo lo real y lo soñado, lo irreal y la metáfora vagaban por un vacío inerte que nacía de la nada y desembocaba, difuso, en las orillas transparentes de lo imposible.
 En aquel instante de irrealidad se unieron la nada imperante y el sonoro vacío, y un rayo de luz con olor a esperanza iluminó aquel espacio. Y aquella unión se encendió de colores. Y el tiempo se quedó pequeño, incapaz de contener tanta vida por nacer, tanta esencia latente en la puerta de la realidad.
 En la cuna blanca de un folio nacieron a su vez unas figuras azules, las letras. Con pasos de mil formas y colores infinitos recorrieron la Vida, escucharon a las emociones y los sueños, a los deseos y los anhelos, a los lloros y las penas. Toda la Vida se fue reflejando en aquel espejo de caminos azules.
 Y el aire se llenó de realidades con vestido de palabras, y los sueños cobraban vida al calor de las letras. Las emociones dejaron de ser prisioneras en el universo infinito y curvo de un corazón anhelante.
 Los deseos dejaron de ser pasos por andar por las calles de la realidad, y los ojos ponían colores de arco iris en el tapiz de una mirada efímera e infinita, furtiva y soñadora.
 Y se llenaban de atardecer al contemplarse en el espejo sin marco de otro deseo enamorado, de otra mirada al borde de un sueño. Y cuando toda esencia tuvo su ser un algo azul e intangible llenó el espacio que quedaba entre todas las esencias, todos los deseos y anhelos, los sueños y las realidades.
 Y se encendieron cuatro letras en los cuatros rincones del alma. Y se llamó AMOR. Desde aquel instante preciso, aquel momento indefinido vive entre las letras, y cuando sufre y pena, o sonríe y es feliz, un mundo de letras se unen para escribir sentimientos.
 De vuelta a mi yo cotidiano, soñando letras, busco palabras nuevas para ti, para escribir sentimientos en playa de tu mejilla dormida.



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                                       https://youtu.be/QN2RnjFHmNY

domingo, 10 de mayo de 2020

                         SAL Y ESPUMA

Hoy encendió mi noche, un día más, tras la espera dorada del ocaso sobre el mar. Calladamente oscura, la playa blanca de aquel folio, yacía  sobre la arena de un deseo por soñar.Al lado suyo, fondeada en la espera, una pluma hecha barca aguarda entre vaivenes de segundos la llegada de la pleamar de la media noche para levar anclas, y adentrarse en el mar  de los sueños.

Una música azul de espigón y espuma desgrana notas de agua que lanza sobre el pentagrama transparente de las olas para rimar versos con traje de novia y reflejos de arco iris.Como temiendo molestar, el viento apenas susurra palabras de fresca brisa, que corren candorosas a jugar con la arena que espera en la playa del folio, escribiendo palabras de amor con letras de sal y espuma.

El mar, soporte y matriz, juega al escondite con la línea curva del horizonte lejano, y dibuja en el tapiz del cielo reflejos de oro y rosa con nubes de algodón entre azules renglones y blancas gaviotas. Y son a la vez canciones de olas sonoras que resuenan sobre su piel de agua, y llegan hasta el aire formando besos de sal y espuma.

El tiempo, eterno prisionero de mil cárceles a la vez, pasea sutil sobre la arena, sobre el folio, sobre el horizonte, sin huellas, sin acento, libre de una esfera sin riberas, allí donde un número escribe el presente, y el siguiente dibuja al anterior en pasado.

 En la esfera de la tarde el tiempo gira remando segundos y minutos con las manecillas como remos, que hacen avanzar su intangible rumbo en la rosa de los vientos.

Se oyen cercanos los pasos de la noche con sonido parpadeante de titilar de estrellas. La pleamar avanza con brazadas de olas que van ensanchando sus fronteras de sal, mientras la playa se va llenando de espuma de letras, que aguardan, como cada noche, ese sueño entre las manos, que les dé vida y forma entre renglones de sal espuma.



                       Imagen bajada de la red

                       https://youtu.be/wlDWXv-cIh8


sábado, 25 de abril de 2020


                          QUÉDATE

Quédate conmigo este atardecer, ahora que el horizonte se viste de oro y rosa, que el sol viene cortejando a la luna que luce vestido de fase llena y trae cola de nubes de algodón dorado tras ella.
La brisa viene empapada de aromas a primavera entre letras de colores sin cuento en los mil rincones de los sueños a punto de florecer. Huele el aire a promesas entre pétalos en blanco con huellas de pasos azules por caminos que ansían ser paralelos sin perder identidad.
Flotan entre esquinas redondas las rimas de colores de mil anhelos, y los dedos cual pinceles buscan el abrazo aterciopelado de los tuyos para hacer un poema de amor sobre el lienzo azul del cielo.
El universo de estrellas de tu mirada se funde con el horizonte curvo del mar de mis ojos, y en la playa entre azules en mi espera de ti escriben olas de besos en las riberas transparentes del libro de mis días, navegando esperanzas en el mar de tu sonrisa.
El terciopelo encarnado de tu beso al borde de un deseo sobrevuela las riberas intangibles de un sueño entre las manos, y dibuja un anhelo  entre latidos. Mientras abrazo el infinito de tu universo con los brazos de colores de mis sueños en la playa de arena blanca de mi almohada.
Siento el abrazo en arcoíris de tu risa con aromas de primavera en flor. La música cristalina del agua recién nacida canta canciones con notas de jazmín y rosas al compás de un corazón que se funde en el horizonte de tu mirada, que dibuja latidos de anhelos en flor con las letras de tu nombre.
 
              
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lunes, 23 de marzo de 2020

                                               TINTA Y OLAS

La nave de mis sueños zarpa esta noche en una singladura más para arribar esta madrugada a la playa de las ilusiones, al encuentro vital y emotivo con las olas de las letras.

Allí entre espuma de frases y arena blanca de sueños por soñar se irá dibujando un océano de sentimientos de mi navegar a solas. 
Con las velas de la ilusión desplegadas y el corazón henchido de emociones pongo rumbo y timón a ese espacio etéreo e íntimo donde nacen todos los sueños.

La suave brisa de una música hermana hincha mis velas y empuja mi barco corazón por los caminos del yo mismo, por ese mar interior con pleamares de ilusión y bajamar de desesperanza.

Aquel barco pescador de sueños izó la bandera multicolor de un folio en blanco en el mástil azul de una pluma amiga. El mar de las ilusiones siempre inquieto sería el caladero en esta nueva singladura.

Con las luces del ocaso escribiendo versos en la página azul y líquida del agua se ha levado el ancla de la realidad, y poniendo proa a la esperanza se ha adentrado en el océano inmenso de la ilusión.

Las redes pescadoras de letras y sueños abrazan al mar buscando entre sus olas los encuentros de los  sueños entre dos almohadas para llenar con ellos las bodegas del alma.

Una brisa cálida de poniente escribe versos con letras blancas de espuma, y ondula con suaves olas la cabellera azul del mar.

 Va pasando la noche  y con ella mi singladura en busca de nuevas letras para contar los paisajes del alma, esos que bullen inquietos a la luz redonda y negra de mi yo sin ti.

Con el amanecer en la mirada he recogido las redes de mi madrugada y he arriado mis velas camino del puerto de la realidad.

Y en la ventana de mi ático con el mar de fondo y paisaje un suave perfume de letras nuevas ha pintado una vivencia de carne y hueso con olor de tinta y olas.



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                                                         /https://youtu.be/krYdBlKnwSM

sábado, 29 de febrero de 2020


                                               FUENTE DE LETRAS

Sobre la colina azul por donde asoma el día, a los lados de un camino hecho de tiempo unos pasos han detenido las horas de sus días junto a una fuente que mana agua de letras azules.

Tras saciar su sed se ha sentado junto a un árbol con frutas de libros en flor. Ha tomado un libro entre sus manos, y tras aspirar su aroma a rosas y a futuro lo ha puesto bajo su cabeza como almohada, y se ha dormido juntando palabras de anhelo y frases de ilusión.

Por otro lado del camino, por donde nace poniente, con pasos de universo en la mirada, otro caminar ha llegado hasta la fuente de las letras azules. Ha llenado de esperanzas sus manos con el agua azul de letras por nacer y ha bebido ilusiones hasta llenar su corazón.

Con pasos de ilusión se ha acercado feliz hasta el árbol de los libros en flor. Tomando uno entre la seda de sus manos se ha sentado bajo el árbol, al otro lado de la realidad, y se ha dormido con el libro sobre su corazón de tinta.

El tiempo ha sonreído entre agujas y números con sonrisa de redonda espera y música de tic – tac. Sin ser notado ha escrito el paso del día con letras de nubes blancas en un folio de azul infinito. Y al llegar el atardecer ha encendido la página del cercano horizonte con letras de oro y rosa.

La noche ha llegado en silencio con paso callado de luna nueva y titilar lejano  de estrellas. Ha pasado la hoja del tiempo con suave  brisa de arroyo hermano  y canción verde de cañas eternas.

Sobre la colina azul por donde asoma la luz del día el tibio sol de invierno abre la ventana del amanecer encendiendo el alba. Junto a la fuente de las letras azules dos pasos  han dejado sus huellas antes de proseguir sus caminos con las luces del alba.

A los dos lados de la realidad dos libros han quedado encendidos, escritos con luz azul de anhelos en flor. Sobre las hojas etéreas de ilusiones en carne viva las letras azules de dos sueños han escrito vivencias a flor de piel, deseos en carne viva y el corazón  entre las manos.    





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sábado, 1 de febrero de 2020


                                                         FUÍMOS
Me cuenta el viento esta mañana que ha visto, con la luz del amanecer, como ardían unos recuerdos en la hoguera del olvido. Y aquellos sentimientos, ahora hechos pavesas, volaban hasta el cielo con el aire de la realidad, para luego caer a tierra y fundirse con la escarcha recién amanecida.
 
 Me he sentado al borde de un renglón y le hablo de que  hubo una vez un tiempo en el que mi yo se fundió con un sueño…y fuímos. 
Mientras el viento juega con las hojas de los árboles, con las primeras flores, con las golondrinas, y les ayuda escribir versos en el aire, mientras, le cuento que un día…
 
Fuimos dos pinceles que pintaron un sueño en un lienzo sin paisaje ni horizonte, y retrataron un anhelo con retazos del alma, con pinceladas de momentos vividos en carne viva.
 
 Fuímos dos viajeros por un mismo camino en dos direcciones a la vez, que guardaban  amaneceres en las pupilas y se hacían espejos de nosotros mismos cuando una mirada nos envolvía, al cobijo de la luna llena.
 
 Fuímos dos notas con colores de arco iris en un pentagrama de sensaciones entre blanco de cal y oro de luz de ocaso en las calles del día, dos voces que sonaban a coral ante la mudez sonora de un abrazo en la sala de espera del nuevo día.

Fuímos dos letras azules que se fundieron en un renglón al borde del amanecer, para hacer nacer palabras nuevas  cada vez que el sol del mediodía o la luna de medianoche se asomaran a  unos folios que eran espejos de un sueño entre dos almohadas.

 Fuímos dos aromas de una misma flor, que se hicieron un solo perfume a la luz de un beso en un jarrón hecho de deseos, y derramaron su perfume entre pétalos de miradas y corolas de besos en carne viva.

 Fuímos dos  caricias que se fundían en una sola piel, y dibujaban sentimientos entre los pliegues de dos cuerpos en la sábana azul de un folio tapizado de letras. Fuímos dos miradas frente a frente y un horizonte entre las pupilas, un tiempo fugaz y eterno con pasos de atardecer por las calles del día.

 Fuímos mil preguntas en el aire en busca de una certeza, y fuímos también una duda con mil interrogantes entre nubes con lluvia de incógnitas. Fuímos sístoles y diástoles al mismo tiempo en un corazón que latía sueños tras una cortina hecha música, tras la niebla oscura de una duda entre pupilas.

 Fuímos. El viento se llevó los recuerdos allá donde el olvido y la escarcha borraron las letras, y el papel se ha hecho nada entre cristales de hielo. El sol se asomó entre las nubes y sonrió entre dorados y carmesí.

 Un trozo de sueño se quedó prendido entre las cenizas, y una palabra se encendió con la luz del amanecer. El aire la envolvió con un abrazo transparente y la llevó al lugar donde mueren todos los sueños.Y se hicieron luego las sombras sobre aquel retazo de sueño.

 Y fuímos dejó de ser una palabra para fundirse lentamente con la nada.
 
 



                                                   Imagen bajada de la red
 
                                                   https://youtu.be/pShp8Liffa4
 



 
 
 
 

domingo, 5 de enero de 2020


                                   LA PUERTA ESTA ABIERTA 

El fuego está encendido, el bolígrafo está listo, el folio está preparado, los recuerdos a flor de piel, y los sueños ansiosos por nacer. Te espero al otro  lado de la ilusión, la puerta está abierta.
Hoy me ha traído el día tu nombre escrito con letras de oro y carmesí. Ha encendido el horizonte con la luz irisada de tu sonrisa al encuentro con la mía en las puertas del amanecer. Ha esparcido por el aire el aroma de jazmín y rosas de tu perfume en el abrazo transparente de un deseo en duermevela.
Ha pintado en el lienzo del día el paisaje inacabable de tus manos abrazadas a las mías, cuando  con el alba rompen una distancia y escriben poemas de amor.
Ha traído hasta el mar  de mi ahora las horas doradas del ocaso en la playa de un  encuentro de principio efímero y final infinito. Ha traído también las notas en arcoíris de tu voz entonando ilusiones en pentagrama.
La sinfonía multicolor de tus sueños al otro lado de un folio resuena en el espacio en blanco de mi almohada, que se hace pentagrama para cobijar tus anhelos entre sábanas de música.
Ha traído el color ambarino de tus pasos por los renglones del día, por las aceras de unas letras que escribían deseos con luz de amanecer, y se vestía con traje de fiesta y lo tachonaba con lentejuelas de estrellas.
Ha traído las flores eternas de tus caricias entre olas de anhelos y espuma de deseos. Y ha llegado hasta la playa de mis sueños con arenas infinitas de ilusión en un océano que vive entre dos riberas, al otro lado de la realidad.
Y al jardín de mis labios en sequía ha traído las rosas fragantes de tus labios a punto de beso. Y has sembrado las semillas del amor en un folio que es ahora el jardín del fin del mundo.
Y el día lo llenaste de luz, y el mediodía de juegos, y la tarde de ponientes en carne viva, y la noche de fiesta con estrellas y luna llena.
Sentado al borde de la tarde, en un renglón a la espera, con letras de oro y carmesí  he encendido las letras de tu nombre.  
 
     
                                     Imagen bajada de la red
                                     https://youtu.be/IHz5KC72Xcg