sábado, 28 de agosto de 2021

 

                                          PASEO NOCTURNO

Con  pasos dorados entre nubes de algodón y pinceladas de añil y rosa la tarde se fue marchando por el sendero curvo del lejano horizonte. Mientras se iba alejando se abrieron las ventanas del cielo, y aquel techo infinito se fue llenando de estrellas que me invitaban con sus guiños que les acompañara en un paseo nocturno.

Acepté encantado la invitación y con la ilusión por equipaje fui caminando ilusiones por los senderos de la noche, a la luz de sensaciones en carne viva.

Y volví a leer aquellos pasos que un día fueron luz y espejo,  y encendí la luna llena de las vivencias que nacían al calor de un sueño al otro  lado de la almohada.

Sonaron  de nuevo aquellas músicas que fueron cómplices y amigas, y sonreí entre compases de tic tac y notas irisadas en un pentagrama de emociones.

Todo seguía igual y todo había cambiado en aquel rincón en las fronteras de la madrugada. Las paredes son horizontes de luz con paisajes  de alba y atardecer. El techo cuajado de estrellas es un lienzo infinito donde pintar deseos  con  pinceles luminosos de estrellas fugaces.

La luna llena es un folio de luz para escribir sonrisas en las claras del día. El aire nuevo  trae aromas de primavera en flor en la playa de una sonrisa infinita, en el reflejo dorado de una mirada  que se hace espejo de la tarde.

Sentado en un banco sin fronteras el tiempo me ha sonreído mientras ha parado su pasar bajo el calor de una farola en flor. Entre sus manos me trae un corazón transparente y una mochila infinita. Uno para vivir  nuevos sueños, la otra para guardar las sensaciones nuevas que nacen a la luz de un nuevo horizonte.

Y las calles se han vestido de colores con el reflejo irisado de mil persianas y el guiño tricolor de los semáforos al borde del tiempo. Y los árboles han comenzado a bailar de la mano de la suave brisa de la madrugada. Un cortejo de hojas danzantes forma cortina y alfombra al paso de unos recuerdos por vivir.

Caminando emociones he llegado hasta el mar. Eterno amigo y cómplice sonríe con luz de luna llena y cálido abrazo de espuma blanca. Almohada y folio la playa me saluda con sonrisa de olas en flor y canciones de sal y luna. Y me uno, una noche más, con la inmensidad azul que forman cielo y mar.

Allá a lo lejos, donde el cielo se une con el mar, tímidamente asoman los primeros pasos  del amanecer  con ecos de rosa y oro, y besos de estrellas en su despedida.

En homenaje a todos al aire, al tiempo, al mar, a la luna y las estrellas, a la música y las letras, a los árboles, he dejado una rosa en la playa para que el mar y el viento la lleven hasta ese lugar donde nacen todos los sueños, al otro lado de la realidad.

Al llegar el nuevo día una mirada de universo me abraza para seguir soñando, para vivir.



                                        Imagen bajada de la red
                                    
                                         https://youtu.be/dRU-pxCn2qo