domingo, 20 de diciembre de 2020

 

                         LA SEÑAL 

Cuentan que hubo una vez un  grupo de científicos  que  vivían en una Estación de Seguimiento Orbital, que se afanaban en estudiar el cielo y sus misterios a la luz de la ciencia.

 Contaban con un inmenso telescopio,  y una antena receptora de ondas, los más grandes del mundos, para sus es estudios. Ubicados en una remota tierra, de un lejano país, aislados del mundo, tan solo volvía a sus casas de vez en cuando para coger fuerzas y recargar ilusiones. 

Contaban con una inmensa biblioteca donde recogían  y guardaban historias y tradiciones, leyendas y mitos, referentes a antiguas civilizaciones de todos los pueblos del mundo. Bajo tierra tenían unos sótanos con salas llenas de ordenadores  que les ayudaban y donde guardaban sus estudios en infinitos ficheros.

 Desde hace unos días su vida tranquila  y calmada está siendo alterada por una extraña señal, tanto luminosa como de radio, que aparece en sus equipos, y que parece acercarse cada segundo que pasa.

 Fuera de cualquier parámetro o medida que la asimile a planeta o meteorito, estrella o cualquier otro cuerpo celeste, aquella señal parecía estar cada vez más cerca. Tenía además un comportamiento extraño, como inteligente, parecía saber cuando los científicos debatían sobre ella.

 Era entonces cuando aumentaba el brillo o más fuerte era la señal de radio. Aquello no tenía respuestas, pero sí muchas preguntas. Unas veces parecía estar en plena atmósfera terrestre, y en otras parecía orbitar, como estudiando algo.

 Y lo más extraño era que tan sólo ellos y nadie más sabía de aquel extraño fenómeno. En el resto de observatorios del mundo nadie sabías nada, pese a que les fueron remitidas las coordenadas de ubicación, y las antenas y telescopios miraban y escudriñaban en aquella dirección. 

Entre asustados y sorprendidos miraban a los cielos cada día, cada noche, en espera de ver a aquella señal que les permitiera descubrir el cómo y el porqué de aquella anomalía.

 Era una noche más, de un día cualquiera, noche oscura de luna nueva, cuando la señal se apagó bruscamente de todos los instrumentos. Tras comprobar todas las pantallas y quedar todo en silencio un extraño impulso los hizo salir al patio central de la Estación. 

Agrupados en torno a la entrada del edificio miraron todos al cielo. Una combinación de luces rojas, amarillas y verdes iluminaba la explanada.

Era la señal.



                        Imagen bajada de la red

                        https://youtu.be/mm1hf_S4uxY

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