lunes, 22 de septiembre de 2025

                                           AHORA 

 En estas horas transparentes, cuando el tiempo se niega a pasar, y juega al escondite con agujas negras sin principio ni fin, sin destino. 

Ahora que se hacen más sonoros los silencios, más profundos los vacíos, más infinita la ausencia, ahora que queda todo en el aire, suspendido.

 Ahora, que callan las voces y se adelantan los suspiros, que el aire se hace sombra, y respirar es abrazar ese tu ausente. Ahora que los abrazos se tornan cauces secos a la espera de la lluvia del reencuentro. 

 Ahora, que las miradas se tornan vías muertas a la espera del tren de los deseos, que las manos semejan alas dormidas en la arena oscura del abrazo ausente.

 Ahora que la luz juega en blanco y negro con las sombras que forma el tiempo entre paredes en espera. Ahora, que el caminar es un viaje hacia ninguna parte, que los pasos son una lluvia inacabable en el páramo blanco de una mirada sin destino. 

Ahora que los deseos son flores escritas en una hoja hecha de aire y anhelo que se guardan en el jarrón azul de una libreta hecha de carne y beso.
 
 Ahora, que están calladas como mudas las letras de colores de mil sonrisas con piano de alba y luna, que se quedan como ausentes, perdidas entre las líneas transparentes de un abrazo en espera.

 Ahora que mirar es ver el reflejo de la nada en un espejo sin fondo. Ahora que duerme el día, un folio hermano nos presta su alma transparente para escribir con emociones lo que las letras no alcanzan. 

 En esta vivencia un nombre, tu nombre, escribe sonrisas en mi mirada, mientras tu abrazo llena mi alma de esperanzas. 

 Va por ti, mi abrazo eterno.



                                 Foto colección propia.
         https://youtu.be/2tjBnFs2TMI?si=aZsA8Xm15S4UrlyY

sábado, 15 de marzo de 2025

                     LA DAMA DE LOS SUEÑOS 

 

A los pies de las montañas azules, en la frontera sur de un plácido lago un extenso bosque pinta de verde las cercanas laderas. En aquel mundo los robles y castaños, olmos, hayas y cerezos cruzaban sus ramas en abrazo vegetal tapizando a su vez el suelo con el oscuro de sus sombras y el amarillo de algunas hojas caídas.  

Orquestado con mil trinos de los pájaros aquel remanso era además un arco iris de colores cambiantes. De vez en cuando la niebla cubría el lago y el bosque, sea en jirones o en espesa niebla, como noche sin luna. 

En una de las orillas, a los pies de un álamo negro, junto a un arroyo, un banco de madera invitaba al descanso y contemplación. Entre los tímidos rayos del atardecer una pareja se ha adentrado en el bosque y se ha sentado en el banco. 

Entre miradas y besos cómplices han escrito poemas de amor con letras de anhelos y deseos, de sueños e ilusiones, mil proyectos de futuro que se han quedado escritos en el aire. En las ramas más altas del centenario álamo un vigilante búho ha hecho sonar su voz de alerta uh, uh, uh, y ha vuelto a otear el bosque. 

Al otro lado del arroyo, no muy lejos de allí, una cabaña de troncos respira humo azul por una erguida chimenea. Unas manos han alimentado el fuego con nuevos troncos, y las llamas han danzado nuevos bailes entre el calor, la luz y el crepitar de las chispas. 

De una estantería cercana ha escogido un viejo libro. A la luz temblorosa de las llamas pareciese que las letras bailasen danzas azules. Los dedos de la mano han recorrido los renglones mientras unas palabras en voz baja susurraban un encantamiento en claroscuro.  

Una sonrisa se ha hecho espejo del fuego al terminar los susurros. Tras dejar el libro en la estantería se ha dirigido a la cercana cama y se ha tumbado cerrando los ojos. Se ha hecho el silencio en la cabaña, en el bosque, en las montañas azules. 

El búho duerme en el álamo negro y un gato curioso mira el baile de las llamas. Los jóvenes hace tiempo se fueron del banco y ahora la niebla, tenue y casi transparente, envuelve el aire. La luna nueva se esconde tras el horizonte y todo está como suspendido en el tiempo. 

Unas volutas de humo se elevan al cielo por encima de las ramas de los árboles, más allá de las nubes. Y llegan hasta la sala donde nacen los sueños. La dama de los sueños sonríe junto al fuego, mientras sus ojos se hacen espejo de las llamas y el corazón baila canciones de amor a la luz de los deseos. 




                             Imagen bajada de la red

https://youtu.be/CGYTYHlhZd4?si=D2hMeP9sLwv30P6M

      https://amzn.eu/d/eSCkk3g