domingo, 26 de febrero de 2017


                                                    MIENTRAS DORMÍAS

Por  la vereda azul y rosa del amanecer, entre trinos y  oro de alborada, he llegado este nuevo día hasta tu almohada. He llegado hasta tu sueño dormido y me he sentado en tu latir a solas. He visto tus ojos surcar el océano de  los sueños para quedar amarrados en el puerto blanco de la blanca almohada.
 He visto tus manos entrelazadas, como queriendo abrazar entre los dedos los límites redondos y azules de tus sueños. He sentido tu respirar a flor de piel en un latir de deseos encadenados, he visto tu perfume, como en una nube llover tu esencia sobre el mundo, ahora nebulosamente transparente de tu ser dormido.
 He visto el mar azul de tu cuerpo latir bajo las olas blancas de tu respirar en la playa de algún mundo etéreo y lejano. La sinfonía monocorde de un tic tac a solas pone notas redondas a un tiempo que se pierde en un reloj sin esferas ni agujas. Ilusionado, me he sentado al borde de tu madrugada, y mientras dormías apagué la luz de mi día para fundirme con la luz de tus sueños, y paré el reloj de mi tiempo para hacerlo acorde con el tuyo.
 Cerré mis ojos con los tuyos para fundirme con el oscuro infinito de tu universo, paré por un momento mi latir a solas para ser uno contigo y latir sensaciones al compás. Paré también mis pasos por la acera hermana de tu caminar en sueños, para unir caminos por los senderos azules del caminar a dos pasos.
 Dejé mis deseos extendidos sobre la sábana verde de la esperanza para unirlos a los tuyos y que florezcan juntos en la primavera del nuevo día. He fundido mis manos con las tuyas para que tu piel escriba, unida a la mía, sensaciones de letras imborrables.
 Mi respirar se ha sentado junto al tuyo y mis pulmones se llenan de tu aire para fundir hálitos de vida en un solo respirar.
 Y mientras mis ojos se van cerrando, poco a poco, he apagado mi amanecer, una vez más entre los faros de universo de tus ojos. Arropado por tu aroma y cubierto por tus manos he cruzado el umbral de la realidad para fundirme, un día más, en la luminosa verdad de tu presencia.  
 
         
                                      Imagen bajada de la red
                                      https://youtu.be/oHONFub5MPM

sábado, 4 de febrero de 2017


                                               TIEMPO MUERTO
Hablo silencios en este amanecer cuando la voz a oscuras de un trueno ha sonado tras los cristales de mi ventana. Como buscando un cobijo mis letras se han fundido en una nube azul, tras el cristal opaco de mi pluma dormida.
 Las palabras, ausentes de alma y vida, se han quedado como transparentes por los caminos sin forma de un folio en blanco. La música ha guardado sus colores arco iris  entre las formas difusas de nubes de silencio, y las notas ambarinas guardan su perfume a primavera en un pentagrama de horizonte que huele a espera callada.
 Los pasos del tiempo se han ido espaciando, más lentos, como queriendo escuchar su tic tac entre los regueros de segundos por aceras redondas. Los árboles, callados de silente desnudez, van entregando su tributo amarillo de hojas caducas al paso susurrante de un aire con cara de invierno y manos heladas de escarcha y frío.
 El suelo se llena de sueños vencidos, de promesas ya caducas, de ilusiones segadas con voz de hielo, formando una alfombra de tiempos muertos, un libro de sueños olvidados que irán a fundirse con la tierra cuando el aire borre sus pasos a golpe de rincones y de tiempo.
 Los colores han guardado sus canciones de ilusión y anhelo  en el armario redondo de una sonrisa en duermevela, y dibujan un paisaje  de gris forzado  en una mirada dormida tras un sueño. Sobre el pañuelo gris de una niebla entre las manos  el sol de mediodía escribe con dedos de oro letras de esperanza que se funden en ventanas doradas, que se cierran ahogando su voz de luz.
 La esfera blanca de un reloj se ha hecho un pasillo redondo por donde van pasando  los números,  como en un desfile sin vida, como en un pasar sin alma, como en un tiempo sin medida. Miro sin ver y busco un lugar donde reposar la mirada, donde descansar mis pasos, donde soñar esperanzas, donde abrazar ocasos a la luz de las estrellas.
 En un rincón de mi sueño a solas, entre sábanas de universo en los ojos se ha encendido el juego infinito de tu mirada a la luz del reencuentro.  Por el horizonte infinito de un abrazo en espera, a la luz tenue de un beso a contravía el día se ha dormido en una almohada hecha de sueños, en el espacio que ocupa tu nombre entre mis manos. 
 
 
                                      
                                       Imagen bajada de la red.
                                       https://youtu.be/cUFB-BxxkoY