RENGLONES
Sobre la blanca almohada de un folio en espera, con tonos
azules de renglones sin final, con notas irisadas de emociones a contratiempo,
con letras transparentes de deseo a flor de alma y latidos de piel con el
corazón entre las manos, han llegado esta madrugada las sutiles golondrinas de
unas letras a contravía.
Cruzando el tiempo que marca una distancia infinita, una cercanía
de dos latidos, sobrevolando el horizonte redondo de un reloj en la estación de
lo imposible, traspasando muros de espera y paredes de silencio, arrulladoras,
inquietas, luminosas, acariciantes, cantarinas, transparentes, susurrantes,
ilusionadas, cual sueños en duermevela.
Entre anhelos a contratiempo han llenado el espacio que hay
entre la nada y la espera, entre el vacío y el sueño, y han puesto farolas con
luz de ocaso allá donde el mar acaricia y mece los sueños, y unos ojos se hacen
espejo de la tarde.
Y han hecho un camino en tierra de nadie, un sendero de luz
ambarina entre oscuras lunas a solas.
Sobre la blanca almohada de un folio en espera han llegado,
como en un deseo las sutiles golondrinas de unas letras. Sentados al borde de un
sueño unos ojos miran inquietos sobrevolando las letras. Y una pregunta se
queda flotando entre azules ...
¿Sabrán leer?
Imagen bajada de la red
Bello relato muy breve que con algo más de extensión sería "cuasi" perfecto.
ResponderEliminarAmigo Anónimo, gracias por visitar éste rinconcito y por tus palabras. Si lo hubiera hecho más extenso igual no le hubiera dejado el mismo sabor. A veces las musas son así de caprichosas. Cosas de la inspiración.
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