sábado, 29 de abril de 2017


                  LA IMPOSIBLE LUZ DE UN ENCUENTRO

Habían sido muchas las veces que se habían propuesto encontrarse frente a frente, con las miradas cara a cara, a la luz de mil preguntas que dormían en el aire.
Habían sido muchas las veces en las que las circunstancias, una a una, o todas a la vez, de una u otra manera, se habían juntado para hacer un imposible de aquel momento que tanto anhelaban.
Habían sido muchas las veces en las que el deseo de verse cara a cara, de sonreír o llorar, de ilusionarse o querer fundirse con la nada, había crecido entre miradas ausentes.
Habían sido muchas las veces las que había florecido el deseo de ilusionarse en una mirada o perder la vista en un ocaso a contravía, de conocer anhelos o pintar de olvido el muro blanco de los sueños.
Habían sido muchas las veces en  las que  todo aquel bagaje emocional se había tenido que apear del tren de los sueños en la estación a oscuras de la desilusión.
Fueron muchas las veces en las que las nubes del desencanto llenaron de gris el folio en blanco de una ilusión en espera, en las que la lluvia de la ausencia había inundado de vacío la otra orilla de una sonrisa, la otra cara de una ilusión.
Fueron muchas las veces en las que las letras de un deseo se fueron borrando poco a poco en la playa  a oscuras de un imposible, cuando las olas del tiempo llegaban hasta la frontera invisible de un sueño en dos almohadas.
Y llegó el momento crucial y anhelado. El sol dibujó  su atardecer más hermoso tras las vidrieras de colores, el tiempo pareció dormirse, como no queriendo pasar, el aire se llenó de inquietudes, y dos miradas al otro lado de la espera se iluminaron con estrellas de ilusión. Con pasos trémulos dos orillas  de un mismo mar han iniciado el camino hacia un deseo encadenado.
NOTA. En ese mismo instante unas notas irisadas resuenan en el aire y la realidad dibuja el presente en el fondo de un bolsillo tapizado de azul.
Al otro lado del sueño una voz metálica de campana cierra el anhelo con llave negra de ding-dong  en espera.
 
                                     
                                      Imagen bajada de la red
                                      https://youtu.be/SZ0NTRkaq-M

miércoles, 5 de abril de 2017


                                        UN SEGUNDO DESPUÉS

Un segundo después de soñarte hago de mis sueños deseos transparentes que vuelan hasta el blanco de tu almohada. Un segundo después de escribirte hago de mis letras olas azules que llegan entre renglones de pleamar hasta la playa universo de tu mirada.
Un segundo después de imaginarte hago de mis deseos palomas irisadas que llegan anhelantes hasta el árbol de la vida de tu abrazo en espera. Un segundo después de pensarte hago de mis anhelos poemas en carne viva, letras de carne y beso en el folio de un corazón entre las manos.
Un segundo después de añorarte hago de mis lágrimas un arroyo cantarín con canciones de cañas de eterno verde y pentagrama líquido con notas de plata. Un segundo después de extrañarte hago de tu ausencia un poema con  letras de sal y espuma en la playa blanca de un folio hecho corazón.
Un segundo después de latirte hago de mi corazón un arco iris de sensaciones para dibujar paisajes en el lienzo inabarcable de mi deseo encadenado. Un segundo después de dibujarte hago de mis trazos un mapa de sentimientos donde guardar reflejada la inmensidad oscura de tu mirada.
Un segundo después de cantarte hago de mis notas un ramo con perfume a primavera y beso en flor con matices de alba entre los dedos. Un segundo  después de ansiarte hago de mis latidos pasos con destino a la esperanza con arcenes de alba y luna.
Un segundo después de anhelarte hago de mis anhelos golondrinas azules para llegar hasta el balcón de tus labios y rimar besos con palabras de ilusión. Un segundo después de abrazarte hago de mis brazos un océano sin riberas con olas de caricias a contravía.
Un segundo después de besarte hago de mis besos un himno con notas encarnadas en el pentagrama redondo de tus labios en espera. Un segundo después de acariciarte hago de mis caricias una lluvia de gotas de agua en carne viva, para llegar hasta la tierra madre de tu piel entre mis dedos.
Un segundo después de todo, vuelvo a empezar a soñarte, escribirte, imaginarte, añorarte, extrañarte, latirte, dibujarte, cantarte, ansiarte, abrazarte, anhelarte, besarte y acariciarte. Porque tú eres mi dulce sueño,  mi deseo encadenado, mi corazón entre las manos.
 
                                             
                                            Imagen bajada de la red
                                            https://youtu.be/xPXWxPdQMSw