CANSADO
Cansado de
noches en vela, de búsqueda por los vacíos redondos e invisibles de la
madrugada. Cansado de emociones ancladas en el mar blanco de un folio, de
sentimientos acunados entre los brazos sin forma de los sueños.
Cansado de
oír la canción oscura de un corazón que canta latidos en el pentagrama negro de
la soledad a solas. Cansado de las caricias inmateriales de manos invisibles,
que anudan la noche entre las agujas curvas de un reloj sin tiempo.
Cansado del
amargo de deseos azules que se guardan en el cofre infinito de unas letras en
la arena de la realidad. Cansado de sentimientos infinitos encerrados en el
horizonte sonoro y curvo de la ausencia dolorida.
Mojado por
la lluvia de letras incoloras que caen desde las nubes negras de la angustia
solitaria. Cansado de abrazos con la nada inmaterial en el eco refulgente de un
beso de coral rojo.
Cansado de
poemas sin letras y sin forma, que se quedan varados en la arena incolora de
los sueños a contravía. Cansado de estar a solas, tan solo con mi yo a cuestas,
me he sentado al borde de mi soledad, para abrazar tu yo ausente de mí, y
escribir, un día más, tu nombre, para sentirme tú, para sentirte yo.
Mientras se
borran los pasos del día, mientras resuenan oscuros los ecos de la madrugada,
entre los pliegues dormidos de la alborada que apunta por entre las rendijas
del mar, un nombre, tu nombre, unos ojos, tus ojos, me conducen de la mano,
suavemente, beso a beso, hacia ese lugar que llaman la mañana.