PAISAJE IMAGINARIO
La nube blanca de un folio en blanco flotaba entre los
jirones rosa y oro del inmediato amanecer. Callada y gris la calle de la
madrugada daba sus últimos pasos por las aceras hoy vacías de los sueños. Por
los rincones redondos de la soledad a solas un murmullo apagado, un eco de
letras ausentes se oían por entre pasos callados de olas sin riberas y arena
blanca de pies sin huellas. El pentagrama sonoro del alba traía túnica blanca
de callada sinfonía, sin los acordes irisados del nuevo día. Por entre los
surcos de los minutos pasados, entre las veredas sutiles de los segundos a
contravía, adormecidas, calladas, acurrucadas, como esperando, van mis letras.
Sobre la blanca cal de mi madrugada esperé, una noche más, la llegada a la
estación de los sueños del tren de los deseos interiores, con sus vagones
rebosantes de anhelos y recuerdos por
hacer realidad. Sobre la mesa del deseo esparcí
mis íntimos sueños a modo de acuarela emocional, para escribir en
colores los pasajes del alma. Abrí de par en par el sótano de los deseos, y
encendí las velas de la ilusión para iluminar la sala de espera de los sueños
en la terraza de mi ático. Abrí también la caja fuerte de los recuerdos soñados
para encenderles en el camino hacia la realidad azul. Dibujé la banda sonora de
mi mejor sonrisa para llenar de esperanza los renglones blancos de horas en
espera. En el espacio infinito de un sueño, en la ventana de mi ático he
encendido tu nombre a la luz azul de mis letras. Con el latir encarnado de un
deseo enamorado he dibujado un beso color de letras sobre tus mejillas
dormidas.
Arcoiris de ilusión, luces, olas y páginas en blanco, con ansiedad de ser rellenadas por tus latidos de tinta...
ResponderEliminar... a la luz de unas luciérnagas que cada noche iluminan la ventana de éste ático.
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